Habían pasado 2 meses desde que Carol se había ido de mi lado, nada había cambiado entre mi pretendiente y yo, su familia me amaba, pero yo no a él. Aún tenía la esperanza que Carol hablara, me diera una carta diciéndome que me extraña, y se que sigo siendo una egoísta, no hace falta decirlo.
Probablemente ella había vuelto con su esposo, y por supuesto que me seguía doliendo su partida.
También extrañaba a su pequeña, aunque yo no era su madre, dolía, tuve la oportunidad de jugar con ella y es un ser tan lindo, igual que su madre.
Mi apariencia había cambiado, estaba más delgada, no quería comer, era normal, la depresión acaba y yo era su víctima.
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3 DÍAS DESPUÉS.
Llegué a casa después del trabajo y había recibido una correspondencia, era un sobre rosado con un listón, el cual decía "para Theresse' era extraño pues no tenia amigos ni familiares que me dieran algún tipo de carta o presente, con la curiosidad en mano decidí abrir el sobre, al abrirlo estaba un nombre que me había dejada marcada "Carol" no sabía si continuar leyendo o dejarla botada en el cesto de basura, me sentía triste, feliz y enojada a la vez ya que le había dado todo de mi, inclusive mi confianza y ella la botó. Pero debo aceptar que algo dentro de mi me decía que abriera la carta, así que lo hice.
Al abrirla era una hoja blanca, en la cual en la parte superior decía:
Mi pequeña Theresse. Espero que estés leyendo esto.
Debes estar enojada y te entiendo, no fue la manera indicada de decirte todo, pero no podía hacer más. Me hubiera encantado haberte contestado la llamada que me realizaste aquel día, yo también te extraño y sigo perdidamente enamorada de ti. No sé si gustes cenar hoy conmigo a las 8:00 pm en el restaurante Centre Aveniu, te espero.
Comprenderé si no quieres ir.
Terminé de leer la carta y solo pude sentir confusión, me amaba pero me hacía alejarme, me amaba pero me hacía preocuparme por ella, me amaba pero no le importaban mis sentimientos, sin duda tenía que pensar muy bien si quería ir con ella a la cena, lo pensé durante 1 hora y decidí ir.
Estaba tan nerviosa, sabía que me arriesgaba a que jugará conmigo por segunda vez y eso dolía, tenía el presentimiento que correría hacia ella diciéndole cuanto la extrañé pero mi ego no lo permitiría.
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Casi eran las 8, llegué al restaurante y entré, busqué y ahí estaba ella, con un vestido azul y su típica boina, con su cigarrillo como era costumbre. Me acerqué. Podía sentir mi corazón latir muy rápido y el sudor recorrer mi cuerpo.
-Buenas noches Carol- saludé seria.
-Hola Theresse.- me besó la mejilla.- sinceramente pensé que no vendrías.
-No te preocupes.
-Bueno, la verdad es que mi ex esposo se quedó con Luciana, yo solo la tendré los fines de semana.- Comentó
-Ya veo.- dije sin ningún tipo de expresión.
-Si, voy a rentar un departamento en Brooklyn y trabajaré en una mueblería, el departamento es muy grande, es para dos personas y no se si querrías venir a vivir conmigo.
-No Carol.- dije seca aunque por dentro mi respuesta más sincera es un sí.
-Solo quiero que sepas que Te amo y nada lo podrá cambiar.
En eso llegó mi pretendiente, Max.
-Theresse! No pensé que estarías aquí.- dijo el chico.
-Hola Max, te presento a Carol Aird.
-Mucho gusto Carol, Max.- extendió la mano.
-Un gusto Max, temo que me tengo que ir, si cambias de opinión ahí estaré, voy con unos amigos aquí mismo Theresse, pasen una excelente noche juntos. Hasta luego. Un gusto Max.- se levantó de la silla y colocó su mano en el hombro derecho de Theresse, en forma de despedida, Theresse se quedó muda, había pasado tanto en poco tiempo.
-Bueno Theresse vamos a una fiesta es a una cuadra, estarán todos los de la empresa.
-Seguro.
Me levanté del asiento, solo quería salir de ahí, mis nervios me controlaban, la ansiedad.
Llegué a la fiesta y solo estaba sentada con aburrimiento, todos bailaban con sus parejas, Max me invitó a bailar pero el no era el indicado para bailar eso, yo quería hacerlo con el amor de mi vida, no con él. Decidí irme sin avisar a nadie, quería estar con ella, con Carol, me dirigí corriendo a él restaurante donde estábamos, entré de nuevo y la busqué, y ahí estaba, sentada con otros hombres, me miró fijamente con una sonrisa, me senté en una silla junto a uno de los hombres y saludé a todos mientras ella me presentaba como una íntima amiga. Después de eso, Carol se levantó y me habló, diciéndome que tomara mis cosas, nos teníamos que ir, no puse resistencia y solo hice caso, despidiéndome de los presentes.
Salimos del restaurante.
-Quieres ir a mi casa?- dijo Carol.
-Para qué?
-Solo quiero aclarar las cosas.
-Claro! Y luego dejarme ahí botada con todo mi sufrimiento como lo hiciste.-dije irónicamente.
-No fue porque yo haya querido Theresse.
-Pues no debiste prometerme que nunca me abandonarías porque fue lo primero que hiciste!- alcé la voz y mis ojos se cristalizaron.- Si tan sólo me hubieras visto llorarte cada maldita noche, ver como me revolcaba en mi cama esperando que me escribieras o pudriendome con la maldita ansiedad entenderías porque estoy tan jodidamente grosera. Porque yo jamás te hubiera hecho eso, porque yo si te amaba de verdad y te pude haber ayudado de todas las maneras posibles para que Luciana se quedara a tu lado y poder realizar una vida las 3! Pero no te importé.- dije llorando y con un poco de temblor en mis manos.- Por qué lo hiciste?
Carol solo me abrazó.
-Perdóname pero si no lo hacía podías morir, y no hubiera podido hacer nada para impedirlo, por supuesto que te amé pero no podía hablarte, claro que pensaba cada noche en ti, en como estarías, la soledad me estaba acabando porque no te tenía a ti ni a Luciana.- Carol siguió con el abrazo y le dió un beso en la frente a Theresse.
-No puedo odiarte Carol.- la abracé más fuerte.
-Yo nunca lo haría. Déjame estar a tu lado de nuevo Theresse, déjame quererte de nuevo.
-Esta bien, pero no rompas mi corazón de nuevo.
-No lo haré.
Carol me tomó de la mano y fuimos a mi casa por mía pertenencias más importantes, me iría con ella, dejaría esta ciudad, nada me detendría, no tenía hijos y Max..., el tendría a una mujer mejor que en verdad sienta lo mismo por él.
Recogí mis cosas y subí al auto de Carol y comenzó el viaje,una nueva etapa...
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Continuará.
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