Dueles - Pedro Pascal

Parte 3. Again

⚠️Aviso: este capítulo contiene lenguaje y escenas sexuales.

(Recomiendo escuchar "Gorilla" de Bruno Mars mientras leen)

- Supongo que querrás irte, te puedo acompañar a tu piso.- dijo el en cuanto cerraron sus agendas y acabaron de organizar todo.

No sabes que pasó en ese momento, pero tu instinto te ganó, tu cerebro perdió el control de tus acciones, perdió el control de todo. Había algo en el que te cautivaba, siempre lo había hecho, y en el fondo sabias que siempre lo haría, Pedro se había quedado grabado en cada célula de tu cuerpo, estaba calado en cada hueso, en cada una de tus extremidades, y aunque durante años intentaste olvidarlo, nunca lo habías conseguido hacer al 100%.

- _____? Estas bien?- dijo Pedro, pues te habías quedado mirándolo fijamente.

Así fue como te lanzaste a Pedro, empezaste a besar sus labios lento pero desesperadamente, tu boca exploraba la suya, mientras tenias tus manos colocadas en sus cachetes, sosteniendo su cara, sintiendo la poca barba que tenía en ese momento. Al inicio el no correspondió pues se había quedado estático y sorprendido, pero segundos después, que parecieron horas, comenzó a mover sus labios al ritmo de los tuyos, y coloco sus manos en tu espalda baja.
De pronto el cogió tus manos y se deshizo de tu aguante. Y empezó a dar besos en tu cuello, a lo que tu tirabas tu cabeza hacia atrás mordiéndote el labio inferior, el continuó bajando, dando besos por tu clavícula, en el medio de tus senos, ya que llevabas una camiseta escotada y por tu barriga. Finalmente quedó arrodillado ante tí y te miró moviendo su cara hacia arriba, juraste que fue la mirada más atractiva que habías visto en mucho tiempo.
Asentiste, y el empezó a subir tu camiseta, pasando sus manos por tu cintura, y tu lo ayudaste a quitartela hasta que te quedaste en tu sujetador negro de encaje, de mientras, Pedro  poco a poco iba subiendo quedando de nuevo de pie delante tuyo mientras daba besos por tu torso.

- Te deseo ______, como nunca.

- Entonces demuéstramelo.

Ahora fué el quien se lanzó a besarte. Puso sus manos en tu cintura y te dirigió a la cama, te dejó caer poco a poco, y sonrió.
Necesitabas acción ya, así que desabrochaste tus jeans para agilizar el proceso y el te los quitó. Observaste como se quitó la camiseta blanca que llevaba, observaste su torso, bastante marcado, te encantaba la manera en que te miraba con deseo, luego se sacó los vaqueros. Ahora los dos se encontraban en ropa interior.

Al colocarse encima de ti sostuvo su peso colocando sus manos una en cada lado de tu cuerpo. No recuerdas el momento en el que se deshizo de tu sostén de encaje negro pues fué ágil, miró tus pechos, y sin dudarlo empezó a besarlos, daba algún que otro mordisco. No pudiste medir el volumen de tus gemidos, hacia tiempo que nadie te tocaba, habías perdido la práctica, lo bueno era que estaban en un hotel.
Fue bajando sus besos hasta el inicio de tus braguitas, y en ese momento te miró

- Hazlo.- dijiste como pudiste.

El sonrió, las bajó lentamente hasta que llegaron a tus pies y con un movimiento rápido cayeron al suelo.
Introdujo su lengua en tu sexo, y no pudiste evitar que tus ojos se abrieran y tu espalda se arqueara, apretando las sabanas de la cama con tus manos. Fue como si tu cuerpo recordara todo lo que habia pasado hacía cuatro años.
Seguidamente dejó de jugar con su lengua, y notaste como introdujo un dedo.

- Mierda, no has estado con nadie verdad?- dijo el al notarte estrecha.

- No...

- Eso me excita aún más.- dijo el. Su mirada era oscura, era otro Pedro, estaba excitado.

Empezó a introducir y sacar más dedos, poco a poco, parecía como si estuviera preparando tu entrada. En el proceso, seguías gimiendo, el te dijo que le encantaba como se escuchaba su nombre en tu boca, y eso te volvió aún más excitada.
Te corriste en sus dedos, el sonrió, y los chupó, dijo que te quería probar.