Golden Girl - Hosie

CAPÍTULO SEIS

Hope tiene que tomar una decisión importante. ¿Helado de vainilla o de chocolate? ¿Papas fritas o hamburguesas? ¿Qué alimento poco saludable y lleno de calorías debería elegir para llenar su corazón roto y vacío?

¿Helado de vainilla o de chocolate?

¿Papas fritas o hamburguesas?

¿Ambas cosas?

Ambas cosas.

Hope roba todos los artículos de los estantes y obtiene un par de bolsas adicionales de papas fritas en su camino hacia el cajero. Ha pasado una semana desde que Landon se fue (rompió con ella, la dejó, la abandonó) y está bastante segura de que no ha comido una sola verdura en ninguno de esos siete días. O algo de agua. Ahora vive de refrescos y helados derretidos y eso está... perfectamente bien. Está bien. Ella está bien.

— ¿De vuelta otra vez, Hope? — Larry, el cajero, la saluda cuando llega al frente de la tienda. Él le sonríe.

Ella no le devuelve la sonrisa.

— Solo dime cuánto cuesta, Larry — Hope se llama por su nombre de pila con el chico de la gasolinera. No está tan mal. De nuevo, se siente bien.

— Serian nueve dólares y cincuenta y siete centavos —

Hope busca en su bolsillo el dinero. Tiene que empujar varios envoltorios de chocolatinas, enrollados y metidos en la parte de atrás de sus bolsillos. Tarda un segundo, pero finalmente encuentra los dólares.

Golpea un billete de diez dólares en el mostrador y desliza su bolso — Quédate con el cambio —

— ¡Que tengas un buen día! — Larry comenta.

Sí, sí, un buen día... Piensa Hope con amargura... Vete a la mierda Larry.

Su cerebro no es más agradable durante el camino a casa, arrojando insultos mentales y palabrotas a cualquier transeúnte inocente. Hope incluso comienza a enojarse con objetos inanimados al azar. En un momento, se detiene para mirar hacia abajo y maldecir un trozo de plástico en la calle antes de tirarlo no tan tranquilamente en un bote de basura cercano. De acuerdo, tal vez las cosas no estén bien. Tal vez Hope haya perdido los estribos, solo un poco, pero está justificado ¿no?

Su jodido novio la dejo y se fue sin previo aviso, solo dejó una estúpida carta que no hace absolutamente nada en el gran esquema de las cosas.

Podría haber hablado con ella.

Podría haberse quedado.

Le podría haber importado una mierda o tener la decencia humana básica para al menos terminar las cosas en persona.

A la mierda con Landon Kirby.

Cuando Hope regresa a su casa, empuja a su tía Rebekah y se encierra en el garaje, su único lugar seguro.

No es difícil tirarse al suelo y acurrucarse con sus preciados bocadillos, abriendo todos los paquetes con el mayor cuidado y atención. No es difícil devorar esas papas fritas baratas y congeladas de la estación de servicio o sorber la delicia de la vainilla derretida directamente del cartón como si fuera agua. No es difícil llenar su estómago con cualquier cosa y todo lo que compró, porque al menos la comida no la va a dejar.

Puaj.

Se está volviendo un poco difícil moverse después de tomar tantos lácteos de una sola vez. Tal vez debería reducir la velocidad en eso...

— ¡Hope! — Alguien comienza a golpear la puerta del garaje. Si escucha atentamente, Hope puede decir que es Penélope.

Doble Puaj