🍯┊Capítulo final

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El traje de camisa blanca y chaleco
verde se abrazaba como segunda
piel al cuerpo del pecoso, aún
con su panza de embarazado. Las
damas de compañía admiraban
al Omega y lo llenaban de elogios,
Jimin por su parte estaba
pensando en que posición ponerlo
cuando llegara la noche.

-Se ve hermoso majestad–
Jisoo dijo y el pecoso se sonrojó
lleno de vergüenza, no estaba
acostumbrado a nada de ese tipo
de trato todavía.

-Hum, gracias chicas. -
Jungkook sonrió con sus mejillas
sonrojadas y las demás sólo le
devolvieron la sonrisa, Jimin se
acercó poco después para decir que
ya tenían que salir al comedor.

Ahora el rubio debía enfrentarse
al jefe final, su madre alfa. ¿Su
cabeza iba a sufrir?, Si, sin ninguna
duda, ¿Llevaría gritos?, En efecto.
Lastimosamente Kookie tendría que
ver todo eso, pero bueno, esa vieja
bruja seguía siendo su madre y
aunque Jimin tuviera canas en
los vellos de su polla, si ella quería
pegarle podía pegarle, y el rubio no
se iba a defender.

-Vamos acabemos con esto, Kookie.
-Jimin tomó al pecoso del brazo,
mirando de manera "disimulada" el
gordo trasero del menor bastante
visibles en esos pantalones blancos.

Jungkook sabía que lo miraba, era más
que obvia esa mirada de hambre.
De alguna forma lo hacía sentir
bien, deseado, su "omega interior"
se regosijaba por esa atención de
su alfa. No podía contradecirlo, si,
se sentía poderoso.

Al terminar de caminar por los
pasillos y llegar al comedor, Jungkook
miró como un Omega de cabellos
marrón tenía en sus piernas a
la pequeña Eri, le acariciaba el
cabello con suavidad y le sonreía
dulcemente, una rubia que
dedujo que era la alfa solo estaba
esperando pacientemente y bebía
lo que parecía ser vino o jugo de
moras rojas en una copa de vidrio.

-Al fin que aparecen. -habló
la mayor, era terrorífica mente
parecido a su hijo, quien los volteó
a ver, sonrió en cuanto se cruzó con
sus ojos negros-. Oh, Jungkook cariño,
espero que estos meses hayan sido
buenos, si el ingrato de mi hijo te
hizo algo solo debes de decírmelo,
yo lo pondré en su lugar.

El pecoso escuchó todo lo que dijo
la mayor y casi se rió por lo tenso
que se puso el rubio a su lado de
repente. Se sentó en una silla del
comedor y miró a la rubia con una
sonrisa.

-No se preocupe , yo
aprendí un poco cómo mantener a
Jiminie bajo control, en realidad
es alguien lindo. -El pecoso miro
como Hyuna tomó una servilleta
para limpiarse una lagrimita como
si estuviera muy orgulloso de ello.

-Eres todo un guerrero, los
omegas siempre sabemos cómo
calmar a las bestias. -murmuró el
mayor haciendo bufar a Jimin y
Hyuna por igual, pero ninguno dijo
nada para negarlo, al parecer los
alfas de esa familia les gustaba ser
dominados por sus Omegas, o al
menos eso deducio el pecoso.

A los pocos segundos llegó la
comida, el pecoso se puso felíz al
ver como los pequeños tomaban
y ponían alimentos en sus platos
sin problemas y sin ningún tipo de
miedo. Jungkook tomó lo que quiso
y después miró a los demás, la
mirada de la rubia se posó en su
hijo.

-Sabes Jimin, quisiera verte
en el campo de entrenamiento
más tarde. -el rubio que estaba
tomando jugo de naranja casi lo
escupe al escucharla-. Tendremos
una pequeña charla, no sabía que
ya tenía dos nietos, ni tampoco
sabía que venía otro en camino,
debemos ponernos al día ¿No?

El pecoso miró al rubio a su lado,
era evidente que empezaba a sudar
frío. Lo vio buscar ayuda con la
mirada a su padre Omega, pero
éste solo lo ignoró mientras seguía
hablando con la infante a su lado.
Al final terminó resignado y supo
que ese día sería un día duro, y
doloroso, su cabeza iba a sufrir
bastante.

no es mi mundo 𓍢 ִֶָ  jikook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora