OCHO

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Ella era un ángel que le gustaba ser tocada por un demonio


Ella era un ángel que le gustaba ser tocada por un demonio

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📌Preparatoria Anáhuac
Culiacán, Sinaloa.

Bajamos las escaleras de manera apresurada, sujete con fuerza mi mochila y me cubrí con una mano el rostro. Gracias a Dios hoy era el último día de clases y por fin podía ser feliz.

—Entonces Ashly está con el señor ese.— Analizó Estrella las palabras que le dije minutos antes, asentí con la cabeza. —Tenemos que ir a ver si ella está bien, dile a Iván que nos lleve.— Finalizó con seguridad.

—El me aseguró que ella estaba bien, pero tienes razón hay que comprobarlo nosotras.— Dije con seguridad. —No podemos dejar que Ashly se vaya con un desconocido.— Hablamos sobre algunas cosas que haríamos cuando viéramos a nuestra amiga.

Hoy Nestor me recogería de la escuela, ya que según Ivan me tenia una sorpresa y no podía esperar.

Atravesamos la puerta de salida de la escuela y nos quedamos afuera unos minutos esperando a que llagaran por Estrella, a lo lejos alcance a ver a Ramón caminando junto con Ángel.

Me distraje cuando unas compañeras se acercaron a preguntar por Ashly y nos entretuvimos algunos minutos.

Voltee mi mirada y alcance a ver cómo pasó una camioneta a alta velocidad, un sujeto se asomó por la ventana, sacó un arma larga y la descargó en una dirección cercana a la nuestra.

Ahogue un grito al ver a quien le habían disparado, tapé mi boca con asombro mientras Estrella me agarraba del hombro quien miraba impactada.

Rápidamente corrimos en su dirección, ahí estaba Angel tirado mientras un charco de sangre cubría su abdomen, detrás de él estaba Ramón con una expresión de terror marcada en su rostro mientras su ropa estaba cubierta de salpicaduras de sangre.

—¡Llamen a una ambulancia!.— Gritó una mujer, rápidamente un joven sacó su teléfono para llamar.

Más compañeros se empezaron a acercar al ver el suceso. Yo solo podía ver la escena, mi cuerpo no respondía y mi respiración estaba alterada.

Una mano jalo mi brazo, escuchaba algunas voces pero no alcanzaba a distinguir lo que me decía. Solo camine a la dirección que me llevaban mientras mis ojos seguían viendo el cuerpo desangrado del que fue novio de mi amiga.

Me subieron al asiento de copiloto y ahí fue cuando reaccione, voltee a ver a mi lado y ahí estaba Nestor.

—¿Que chingados fue eso?.— Susurre para mi, Nini arranco la camioneta y aceleró.

Hermoso Cariño | I.A.GDonde viven las historias. Descúbrelo ahora