"Entre miradas y metros"

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Se dirigía al metro que día con día visitaba para ir a su chamba porque la de chambear si se la sabia.

Entonces fue a dónde se supone que tendría que subir para poder bajar en Tacubaya, pero obviamente tenía en cuenta que subir en esos metros era cosa de vida o muerte, en el momento pico las personas luchaban desesperadas por subir y bajar de esos transportes, no era lugar para gente que no sabe cómo moverse ahí.

Así que cuando se acercó más a su destino vio lo esperado, había una gran fila de personas ansiando subir, decidida se puso las pilas e intento meterse entre todas aquellas pobres almas en pena.

Lucho por meterse en ese metro, aunque al parecer hoy no había tanta gente como regularmente aún así las señoras solo la empujaban hacia afuera. (Pinches viejas)

Comenzaba a desesperarse y justo cuando se iba a rendir y pretender esperar el siguiente metro alguien la tomo del brazo y la jaló hacia adentro, choco contra la persona que la había ayudado y al subir la mirada se encontró con la mujer más hermosa que había visto en toda su miserable vida.
(Mándenme una así porfas)

- Perro susto pensé que no subía- dijo Mariana agitada

- ¿Estas bien?- pregunto la pelinegra que la había ayudado a subir mientras la miraba fijamente

- Si si muchas gracias- dijo Mariana nerviosa por aquella mirada

- Es que si no te ayudaba pensé "esta nunca va a subir" - dijo la pelinegra

- Yo creo que no hubiera podido y me hubiera tenido que esperar al siguiente, gracias - contesto la otra.

Después de ese salvaje intento de sobrevivir el metro se había vaciado notablemente así que Mariana y esa guapota que le robó el aliento se sentaron en dos asientos que se habían desocupado.
- Mucho gusto, soy Mariana, muchas gracias por ayudarme- dijo la castaña

- No hay de que, y el gusto es mío me llamo Alejandra pero puedes decirme Ale- dijo la pelinegra sonriendo

- ¿Me puedes dar tu insta?- pregunto Mariana nerviosa

- Claro linda- dijo Ale sacando su teléfono

"Vete a la cola me dijo linda" pensó Mariana mientras se sonrojaba

- Es Alejandra_vive- dijo Ale

- Deja te sigo- Mariana saco su teléfono y la siguió

- Va que va- dijo Ale

Y así estuvieron hablando un muy buen rato pero Ale le menciono que se bajaba en chabacano así que no faltaba mucho para su despedida.

Cuando el metro se detuvo se voltearon a ver y por último.

- Pues aquí me bajo linda, en cuanto llegue a mi casa te mando mensaje- dijo Ale

Ale se levantó, la miro y le dirigió una sonrisa, así fue como Mariana se dió cuenta que ahí no solo robaban celulares si no también corazones.

















Estuvo divertido escribir esto JAJAJAJA si hay algún error haganlo saber porque ninguna de las dos escritoras es de México.

Gracias por apoyar el tercemundo 🤑🤑🤑🤑

Amor del tercer mundo    / Ale Villarreal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora