regreso.

0 0 0
                                    

Me desperté sin saber que me había quedado dormida y me levanté de prisa. Eran 12:30, podía verlo en mi reloj pero algo me decía que esa media hora era crucial para dos amantes adolescentes. Salí de la habitación y me dispuse a buscar la de Charlie. Esperaba que tuviera algún distintivo porque realmente no sabía dónde quedaba. Pero así fue, tenía una pintura de una guitarra hecha con acuarelas y su nombre debajo con un trazo fino de pluma. Entré sin pensarlo ya que mi cerebro aún no estaba del todo despierto. Sabía que mis intuiciones nunca fallaban y esta vez no fue la excepción ya que había un rubio sentado a horcajadas encima de un castaño en una silla. Me miraron de repente y me disculpe aunque no salí de allí. Charlie se bajó de su hermano para poder presentarlo.

-Ava, él es mi hermano, George. George, ella es mi niñera, Ava. La cual está aquí para que nosotros no tengamos intimidad y dejemos de avergonzar a la familia.

-Charlie- Dije con una mirada acusadora. Solo me ignoro

-Un gusto, Ava.- Dijo George con tono no muy amable.

-Lamento interrumpirlos pero es mi primer día de trabajo y no quisiera que su madre me despidiera. Necesito el trabajo.- Miré a Charlie para que acompañara mi decisión.

-Tienes razón, George sal. Iremos en unos minutos.

George le dio un beso en la mejilla a Charlie y salió rozando mi hombro al pasar muy despacio. No me asustaba el niño, entendía su situación. Cuando uno está enamorado puede declararle la guerra al mismo dios si quiere. Trataría de hacérselo saber más adelante cuando tuviera oportunidad. Tampoco quería verme envuelta en un acuerdo con ellos para que estén juntos a espaldas de su madre. No me parecía correcto considerando mi posición. Lo último que quería era empatizar demasiado con mis víctimas y que me corrieran del programa.
Charlie se cambió la remera sin pudor alguno y me indico con la cabeza que ya íbamos a salir. Al parecer tendría que acompañarlos a almorzar todos los días. No me disgustaba la idea, de hecho había despertado con un hambre voraz. Llegamos al comedor donde había una mesa enorme de mármol blanco, por supuesto. George ya estaba sentado en la punta de ésta y Charlie tomó su asiento a la derecha y a mi me correspondió el lado izquierdo. Habían dejado múltiples platos de comida en el centro de donde podríamos servirnos. Era demasiado para tres personas pero no me atreví a cuestionar. Comí lo que parecía una ensalada de remolacha con huevo y zanahoria aparte de una porción de pechuga de pollo con vegetales gratinados. Estaba delicioso. Más tarde nos trajeron el postre, dos bochas de helado en unas hermosas compoteras de cerámica blanca con detalles celestes. Aunque no pude terminarlas, Charlie se ofreció a comérselas con gusto. Su madre no mentía cuando decía que era solo un niño. Empezaba a tener curiosidad de cómo había surgido este amor entre hermanos. Más aún al pensar en la diferencia de edad. Tal vez pasaban demasiado tiempo juntos. Podría haber sido idea de George. Pero lo que más me intrigaba era si había sido una cuestión de toda la vida o había nacido hace poco. 

Unos días más tarde repetimos la rutina del almuerzo. Habían sido días muy tranquilos, los chicos no me causaban para nada problemas y empezaban a estar un poco más cómodos con mi presencia. Ya no veía las expresiones de rencor que tuve que soportar los primeros cuatro días. Su madre estaba contenta con el progreso ya que encontraba a sus hijos menos juntos que antes. Aunque ella no sabía que había sido el mismo infierno pasar tanto tiempo con ellos. Habían usado una táctica muy sucia, la de criticarme en voz alta. No me herían pero era fastidioso. Luego dejaron de hacerlo ya que les dije que iba a acusarlos con su madre y prohibiría los almuerzos al mismo horario. No les gusto para nada así que pronto cambiaron sus actitudes y comenzaron a compartir tiempo de calidad conmigo. Fue mucho más ligero así.

- Qué haremos hoy?-Pregunte con descaro para dejar las formalidades a un lado.

-Bueno, pensábamos ir a la piscina. Claro, si tu quieres- Anunció George de buen humor.

Malos acuerdos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora