-Es aquí-Llamo a la puerta y una sirvienta abrió
-Buenos días, disculpe, queremos saber si la señora Lidia se encuentra...
La sirvienta se asustó y habló nerviosa
-Creo que están equivocadas aquí no hay nadie llamada Lidia.
-No se preocupe, no diremos nada. Solo queremos hablar con ella
-Por favor, vengan conmigo-
La sirvienta las guió al interior de la casa que era una tanto humilde pero que luego de que la sirvienta recibiera ordenes para dejarlas pasar, una extraña puerta se abrió y se adentraron en ella, hasta llegar a una lujosa oficina.
Le dio curiosidad saber quien se encontraba detrás de aquella silla giratoria así que preguntó
-¿Usted es Lidia?
La mujer que se encontraba detrás de aquella silla sonrió de lado y se giro para verlas
Aquella mujer las miró con la misma sonrisa, Lidia siempre consideró que, cuidar su belleza y estilo era algo esencial para su vida y eso... lo aprendió de su hermana
Para esta ocasión portaba un vestido rojo elegante y no es como todos pensaban; una vieja arrugada y fea.
Era todo lo contrario, era una mujer ni tan joven ni tan vieja pero hermosa que aprendió a velarse por ella misma desde pequeña
Su cabello negro ondulado estaba bien peinado y el maquillaje la hacía verse más hermosa, sus labios eran cubiertos por un labial rojo intenso, claro que no se dejaba ver por completo y por ello utilizaba un velo negro que le cubría medio rostro pero aún así le permitía ver através del mismo
-En carne y hueso querida, ¿que te trae por aquí... Mariana?
-Queremos trabajar con usted...- fue al punto
-No creas que es tan fácil trabajar conmigo. De la Torre- negó con uno de sus dedos
-Que quiere decir, esta rechazando nuestra ayuda
Lidia soltó una risa sarcástica
-Yo no necesito ayuda, lo mínimo para lo que me pueden servir ustedes dos, es para reemplazar a quienes me traicionaron y esa palabra no existe en mi diccionario
-Como sea vamos al punto- Insistió
-El caso es; que una vez que sellen el trato conmigo, no habrá vuelta atrás
-¿Dónde firmo?
-Si rompen las reglas, sus almas serán mias- hizo un ademán de arrebatar algo para cerrar su mano y que este se desvaneciera
-Es decir que no podemos traicionarla ni desobedecer.
-Exacto, una vez que pongas tu firma aquí- señaló el contrato- Tu alma me pertenecerá. ¿Estas segura Mariana?-
Pregunto nuevamente al verla tan decidida
-Y ¿u-usted para que quiere nuestras almas?- Pregunto su acompañante
-Es una bruja, no hay escapatoria. ¿verdad?
-No, debieron saber esto antes de meterse conmigo.
-No lo hemos firmado, podemos irnos.
-No tan rápido queridas, una vez que alguien pisa mi territorio o entra a mi casa, no sale- la expresión de Lidia se torno una seria
-Así que, ¿tenemos que firmar este papel si, o, si?
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MITA: La academia donde me enamore♡
FantasyAnnyeong, Es mi primera historia y espero les guste. Quiero que evites cualquier comentario de crítica ofensiva hacia ésta historia por que serán eliminados y bloqueados automáticamente. NO copias, NO adaptaciones, nada de nada se honest@ y respeta...