My best friend's ex

Capítulo 2

Actualidad.

-Mierda, mierda, mierda- Desesperada busqué mi celular y sin importarme mucho que posiblemente estuviera interrumpiendo una reunión o algo de trabajo lo llamé por primera vez desde hace cuatro años, cuando lo último que hice fue hasta insultar la bata con la que lo envolvieron de bebe por haber dejado a mi amiga plantada.

-¿Issie?- Su voz se escucho sorprendida a través del parlante, y si no estuviera en un ataque de pánico en toda regla, posiblemente hubiese recapacitado sobre lo que estaba por hacer.

-¡Eres un maldito imbécil! Tan difícil era ponerte un maldito preservativo idiota ¿Que voy a hacer ahora?

-Disculpen, surgió un inconveniente personal, re programen esto para mañana con Rose - Se escuchó que se disculpaba, pero yo estaba muy lejos de aquí, llorando en la taza del váter, con las siete pruebas de embarazo en mis muslos, con todas y cada una de ellas con dos lineas en su visor.

-Issie, necesito que me digas donde estás, tranquilízate, te puedo escuchar entrar en pánico.

-No sé, en un bar- Murmuré todavía perdida, seguía escuchándolo en el teléfono diciendo que sabía donde podía ser que este pero que por favor me tranquilizara, pero su voz era lejana, el miedo y el pánico estaba tomando todo mi cuerpo- Oh Dios, Alexa, la traicioné, soy una terrible amiga, me dejará de hablar, yo, yo no puedo perderla, ella es mi familia, no, no, necesito arreglar esto- Comencé a romper cada una de las pruebas de embarazo, con las lagrimas corriendo como una cascada por mis mejillas.

¿Cómo demonios iba a mirarla a la cara?¿Cómo le iba a decir? Ella se enojaría conmigo, recuerdo cuando teníamos 20 y hablamos de aquello, de como ella, bajo ninguna circunstancia perdonaría que una amiga de ella saliera con algún ex de ella y como yo si lo haría, me dijo que eso era ser complaciente y que una verdadera amiga no se fijaría en su ex.

Soy una traidora.

Se escuchó un poco de revuelo y escuché como se abría la puerta del baño de mujeres, seguido por un:

-Señor, no puede entrar ahí, es el baño de damas.

-Tranquila, mi novia está aquí dentro- Se escucho que trababa la puerta y comenzaba a caminar al único váter que estaba cerrado, el mio.

-¿Issie?¿Cariño, estas bien? -Tocó la puerta y al no recibir mas respuesta que mi llanto abrió levemente la puerta, me encontró allí con tres pruebas sin romper en mis manos.

-La traicioné, nunca va a perdonármelo, la voy a perder.

-Issie, tranquila, no va a pasar nada de eso, vamos a arreglarlo- Tomó las pruebas de embarazo restante y las guardó en su saco.

-¿Como arreglaré esto? Ya es tarde para abortar- Luego de decir aquellas palabras las nauseas me atacaron pero sin embargo pude controlarlas, me conocía lo suficiente para saber que ni con una pistola en la cabeza mataría a aquel bebé.

-Soy horrible, tu eres horrible ¿Que tienes, 15 años que no sabes ponerte un maldito condón? Eres consciente del problema en el que estoy metida, voy a perder a la mitad de mi vida por que malditamente te apareciste en el club, esto es todo tu culpa.

-Lo lamento mucho Issie, es algo que ya sucedió cariño y no podemos hacer nada por el momento, pero lo que si podemos hacer es ir a un lugar más tranquilo, donde puedas tomar algo caliente para entrar en calor y podamos hablar- Sugirió con voz suave mientras me abrazaba y acariciaba mi cabello. 

De más está aclarar que no estaba en mis enteros cabales cuando salí de aquel bar acompañada de Noah, y mucho menos lo estaba cuando me senté en su camioneta ¡Demonios! Ni siquiera lo estaba cuando llegamos a su hogar luego de haber subido 21 pisos por ascensor, mi mente estaba demasiado lejos como para entender lo que sucedía. 

Hasta que algo me trajo a la realidad, su aroma, madera y pino inundaban todo el departamento de Noah ¿Qué demonios estaba haciendo? ¿Ese es mi abrigo? Mi ceño se frunció al verlo sobre el sofá. 

-No, Noah debo irme ¿Porqué me trajiste aquí? ¿Es que acaso estás loco? 

-¿A donde querías que te llevara Issie? ¿A tu hogar, en donde se encuentra Alexa en estos momentos?

-No me siento lista para afrontar esta conversación. 

-Debes estarlo Issie, es nuestro hijo de quien estamos hablando y no me gustaría ocultarlo del mundo, debes tomar cuidados, ir al médico, tomar vitaminas o lo que sea que las embarazadas tomen, tus controles y yo quiero estar allí, quiero acompañarte en cada paso. Porque lo reconozco, fue un error, algo que no debía pasar pero ¡Que me pise un tren! si voy a no cuidar de mi bebé y su mamá desde el momento que me enteré. -La determinación en sus ojos realmente me sorprendió y me asustó, me asustó porque significaba que el estaría presente y Alexa se enteraría, la perdería a ella. 

-Debo irme Noah, por favor- Supliqué a punto de llorar, sus ojos celestes escanearon mi rostro durante algunos minutos, asegurándose de que me encontraba realmente bien para volver hasta el bar y manejar mi vehículo hacia mi hogar. 

-Bien, ve a casa, tómalo con calma y mañana hablaremos- Sentenció para luego pulsar el botón del ascensor, el cuál se abrió casi al instante

-Issie- Llamó colocando una mano en las puertas del ascensor cuando estaban por cerrarse- Alexa te ama con su alma y cualquier ser que te conociera nunca podría odiarte y menos cuando algo tan hermoso como un bebé está incluido. 

Con un beso en su frente se despidió de ella, las puertas se cerraron y lo último que vió fue la sonrisa de Noah, logrando que momentáneamente una sonrisa surcara su rostro. 

¡Iba a ser madre! Y debía reconocer que Noah parecía ser uno de esos padres babosos con sus hijos, todo se solucionaría, tenía esperanza en aquello. 

Con una sonrisa en su rostro e ignorando al mundo que la miraba por su pijama, llamó a un uber que la condujo hacia el bar en donde estaba su vehículo. 

Más tarde cuando estaba conduciendo la sonrisa en su rostro continuaba allí, junto con la prueba de embarazo que ella había mantenido, un bebé. 

¿Quién lo diría? Incluso antes de estar casada, su abuela volvería a la vida y moriría nuevamente de solo pensar en aquello, imagina si supiera que el padre de la criatura ni siquiera era su pareja. 

Que lindo circo en el que se convertiría su vida los próximos meses.