Temptation || Adrinette +18

☆ﾟ.* || TRES

Marinette

—¡Cómo pudo hacer eso! ¡Desde el día que nació no ha sido nada más que problemas! —Las palabras de padre retumbaron por toda la casa. Mariano me echó un vistazo como si supiera las respuestas a sus preguntas. Sin embargo, toda mi mente era un gran signo de interrogación.

No estaba exactamente segura de lo que había sucedido, pero entendía lo esencial. Kagami había desaparecido mientras estaba en Nueva York con Bridgette.

Ahora todo el mundo estaba  buscándola.
No me sorprende que bridgette no me hubiera pedido que también la visitara. No es que hubiera  estado demasiado entusiasmada en regresar a Nueva York después de mi último encuentro embarazoso con Adrien cuatro semanas atrás. Pero  aun  así  me  dolía  que  ellas hubieran hecho planes a mis espaldas, a escondidas de todos.
Bajé las escaleras, haciéndole señas a mario (mariano) para que se quedara dónde estaba, y luego avancé lentamente hacia la oficina de padre. Madre estaba ahí, llorando.

Padre estaba al teléfono, por su tono todavía enojado pero más moderado asumí que hablaba con el Jefe zerattí. Él era la única persona a la que padre respetaba verdaderamente.  Madre me divisó en la entrada y sacudió la cabeza rápidamente, pero di un paso hacia adelante entrando a la oficina.

Sabía que era mejor permanecer lejos de padre cuando estaba en un estado de ánimo como este, incluso aunque usualmente golpeaba a Kagami y no a mí, pero mi hermana ahora se había ido.

Padre colgó y me miro entrecerrando los ojos.

—¿Te permití entrar?

Su voz me golpeó como un látigo pero me mantuve firme.

—¿Qué le pasó a Kagami?

Madre me envió una mirada de advertencia.

—Tu hermana huyó. Probablemente se quedará embarazada de algún idiota y arruinará su reputación y la de nuestra familia.

—Tal vez regrese —sugerí. Pero de alguna forma sabía que no lo haría. Esto no era un impulso del momento. Lo había planeado, probablemente durante meses. Eso explicaba todo el secretismo con Aria durante nuestra última visita a Nueva
York. ¿Por qué no me habían dicho? ¿No confiaban en mí? ¿Pensaban que correría a contarle a padre en la primera oportunidad que tuviera? Y entonces, otro pensamiento se enterró en mi mente. Si ella se había ido, si no se casaba con Luka,
¿quién lo haría? El miedo me inundó. ¿Y si padre me hacía casar con Matteo? Había esperado poder casarme por amor ahora que mis hermanas ya habían sido casadas por razones tácticas. Tal vez era un pensamiento egoísta en una situación como esta, pero no podía evitarlo. Una imagen de Adrien saltó en mi cabeza. Sabía que era tonto pensar en él cuando se trataba de matrimonio. Incluso si Kagami regresaba y todavía se casaba con Luka, sería casi imposible convencer a padre que me diera a un soldado, especialmente a uno de Nueva York. Y además, estaba el problema que ni siquiera me quería y yo me había prometido a mí misma superarlo.

Sabía todo eso, pero eso no significaba que no pudiera tener esperanza y soñar, algunas veces sentía que era todo lo que podía hacer.

—¿Cuántos hombres habrán tenido a Kagami para ese momento? No valdrá nada incluso si regresa —espetó padre. Me estremecí, horrorizada por sus palabras tan duras. ¿No valdrá nada? Seguramente nosotras éramos para él solo una mercancía para vender. ¿Más que un delgado pedazo de carne entre nuestras piernas?