Su pasado

62 5 0
                                    

Han pasado dos días. Nat se despierta y se queda mirándote.

Nat: Venga T/N, despierta por favor. Ya an pasado dos días desde la lucha. El doctor me dijo que aunque estes en coma lo oyes todo, así que aprovecho para decirte que te quiero, y que echo de menos todo de ti, incluso que fueras como una metralla de preguntas. Me acuerdo que no te e repuesto muchas sobre mi pasado, pero si quieres lo hago ahora. Nací y crecí en Russia, con unas personas que no eran mis padres porque al no tener dinero me dieron a ellos. Luego, cuando tenia diez años me llevaron a contra voluntad a la sala roja, donde experimentaron conmigo y muchas chicas mas, y nos convirtieron en máquinas de matar. Luego, a los quince conseguí escaparme y me prometí que acabaría con la sala roja, aunque no se donde esta ni nada. Quizás no te contara todo esto porque no me gusta hablar de mi pasado porque intento olvidarlo y fingir que no a pasado o que no existe, pero ahora ya lo sabes.

Nat tenia tu mano cogida mientras hablaba. De pronto, mueves ligeramente la mano. Nat lo nota y te mira.

Nat: Ei T/N, si estoy aquí.

Te sale una sonrisa muy pequeña.

Nat: O sea que si que es verdad que me oyes? Quieres que te hable de mi? Pues tranquil@, me quedo aquí y te seguiré hablando me mi.

Se tumba a tu lado y te abraza.

Nat: Se que si estuvieras despierto, me intentarías preguntar que es la sala roja, y te lo voy a explicar. La sala roja eran unas instalaciones, con las paredes rojas, de ahí el nombre, en donde entrenaban a niñas desde que eran pequeñas para ser asesinas controladas, y si, digo controladas porque nos controlaban a través de un chip que teníamos en el brazo. No nos controlaban las 24 horas, pero la mayor parte del día si, y por eso no recuerdo la mayoría de mi infancia. Cuando tenia quince años, conseguí escaparme, porque yo era amiga de la hija del que controlaba todas las instalaciones, y conseguí saber que nos controlaban a través de un chip que teníamos en el brazo derecho, así que un día... cogí un cuchillo, fui al baño, me raje el brazo, y me lo quite. Durante el resto del día oculte el brazo y actué como si me estuvieses controlando, y por la noche me escape.

Mueves un poco mas la mano, pero sigues sin despertar. Nat esta triste porque no despiertas, pero a la vez se siente bien porque sabe que la estas escuchando.

Nat: También te voy a explicar como es mi hermana, que cuando me preguntaste solo te dije que era de Russia. Bueno, se llama Yelena Belova, y aunque no somos hermanas biológicamente, yo la considero una hermana de sangre. Es rubia, y nunca lo digo pero desde pequeña a sido muy hermosa. Tiene mal genio pero en el fondo es débil y tierna. Me acuerdo que cuando se caía y se hacia daño de pequeña, yo le decía, llorar es de débiles, y no lloraba. Creo que cuando la conozcas te caerá bien y os llevareis bien, a, pero eso si, no te comas nunca su comida, porque una vez la fui a visitar a su casa y resulta que había salido pero había hecho macarrones y yo me los comí. No veas la que me cayó, casi me mata. Ella tenia seis años cuando nos separaron y nos llevaron a la sala roja...

Luego de pasarse el día hablando para que te sintieras mejor, se tumbo abrazada a tu lado.

Nat: Aprovecho para decirte que te quiero, y que te echo de menos. Echo de menos los abrazos que me dabas y los paseos. Te quiero, y que sepas que estaré aquí, a tu lado, todo el tiempo que necesites y esperare lo que tenga que esperar para que despiertes. Te quiero.

Amor entre T/N y Natasha RomanoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora