＊*•̩̩͙✩•̩̩͙*˚ 𝓔𝓷𝓮𝓶𝓲𝓮𝓼 𝓣𝓸 𝓛𝓸𝓿𝓮𝓻𝓼 ˚*•̩̩͙✩•̩̩͙*˚＊

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 2

— No necesitas a una persona para ser feliz, o para alegrarte los días, claramente lo podes hacer solo o sola — dije ya cansada a Jessica.

— Vamos, si la necesitas, vos me haces feliz — dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

— Me niego, no lo creo — de reojo vi como Jessica rodaba los ojos.

— Como digas — asentí. Era obvio que no necesitas a alguien para ser feliz, o por lo menos yo nunca lo necesite... supongo —. ¿ A dónde vamos? — preguntó Jessica al darse cuenta que caminabamos sin rumbo alguno.

— Ni idea.

— ¿Qué es eso? — preguntó Jessica señalando algo que tenía en mi mano. La mire confundida y luego dirigí mi mirada a donde ella apuntaba.

— Es mi skate.

— ¿Sabes manejarlo?

— Sip.

— De pequeña siempre soñé con manejar uno de esos.

— ¿Porqué no cumplir ahora ese sueño?

— ¿Enserio? — me miró sorprendida y emocionada a vez. Asentí —. ¡Aaahh! Gracias, enserio, gracias, cumplirás mi sueño de pequeña.

— Ujum.

Caminamos hasta el parque de ayer.

— Subete.

— Me vas a agarrar.

— Si, si, lo haré. Confía en mi.

Jessica se subió y yo le agarraba de la mano.

— ¿Crees ya estar preparada para soltarte?

Ella negó con la cabeza y miro aterrorizada el piso.

— Bien... Empieza a andar un poco.

Jessica aceleró un poco, le solté la mano y ella no se dio cuenta.

— ¡Lo logre! — se dio la vuelta y al no verme a su lado de cayó del skate.

Corrí rápido a ver cómo estaba. 

— ¿Estás bien?

— Perfecta, solo me rompí una costilla.

— No seas exagerada — dije mientras le ayudaba a levantarse.

— Gracias — se sacudió la ropa.

— De nada—. Al terminar de decir la frase, le llegó un mensaje a Jessica.

Ella revisó y era de su madre.

— Ya me tengo que ir. Mamá ya llegará por mi. Adios, ____.

— Adiós, Jessi.

Jessica se fue y yo me quedé en el parque. Me senté en el columpio de ayer.

Me puse los auriculares y reproducí Roslyn.

Saque un cuaderno de mi mochila, ers mi cuaderno de dibujo. Siempre lo llevaba a todos lados.
Pase las hojas hasta llegar a una vacía.

Tome un lápiz y empecé a dibujar lo que se me viniera a la mente.

— ¿Otra vez tú? — escuche una vos reconocida, esa voz... como no olvidarla... era...

— Eres el mismo de ayer.

— Ujum. ¿Qué haces acá, otra vez?

— Solo vine a descansar, pero con tu presencia...

— Vete de mi lugar.

— No quiero.

El chico, enojado se sentó en otro columpio, el que estaba a mi lado.

Yo comencé a dibujar y él a hacer sus cosas. Aveces nos tirabamos miradas, pero no ese tipo de miradas cursis, sino miradas de odio.

ᗴՏᑭᗴᖇO ᒪᗴՏ ᘜᑌՏTᗴ Y ᗷYᗴᗴᗴᗴᗴᗴᗴ ᗴᗴᗴᗴ

ᑕ ᒪᗴՏ ᑫᑌIᗴᖇᗴ.