OO - Comienzo.

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— ¿Crees que a Lucius le gustaran los chocolates que le voy a dar? —pregunto timidamente la pequeña niña mientras seguía caminando alado de una ardilla específicamente Judith.

— Claro que si, a el le gusta todo lo que tu le regalas. —dijo la ardilla mientras seguía dando saltitos mientras caminaba. — Después de todo eres su hermana favorita.

— ¿Acaso tenemos otro hermana y no me di cuenta? —pregunto un tanto confundida.

— ¿Que? No, no, Lucius y tu son los unicos hijos del señor Malfoy. —hablo y la pequeña se quedo quieta. — Mmm, ¿qué sucede? —pregunta la ardilla dejando de caminar.

— No nada Judith, estoy bien. —dijo y comenzo a caminar devuelta. — ¡Vamos a llevarle a Lucius su chocolate! —exclamó y comenze a correr.

La verdad era que no estaba bien, desde hace unos días la pequeña había comenzado a tener visitas constantes de los amigos de su padre en su habitación, ellos entraban a la noche mientras que ella dormía tranquilamente en su cama y a la mañana siguiente la pequeña siempre despertaba con mucho dolor en el cuerpo sin respuesta alguna.

Ella sabia que su padre tenía algo que ver, porque a pesar de ser una niña era a lo que los muggles llamaban, "madura" y también el hecho de que su padre hace llorar a su madre la hacia sospechar más. Detestaba a su padre, era obvio después de ver cómo la trata ya ni siquiera te da tiempo de pensar otra cosa más que eso.

Tal vez para Jane era difícil madurar, pero no le era dificil ser inmadura, pero no le veia problemas a eso ya que después de todo era una niña de seis años.

— ¡Jane espera! —chillo la ardilla mientras corría tras la niña que se había ido hacia los bordes de la casa de la mansión. — ¡Jane! —volvio a chillar pero la pequeña no le hizo caso. La peli negra estaba concentrada en correr, le gustaba correr, era una actividad muy linda para ella, pero solo corría cuando ninguno de sus familiares la veia.

Ella siguio corriendo mientras se reia de la ardilla que no podia alcanzarla, su vista estaba en sus pies que cada vez más iban más rapido. — ¡Jane cuidado! —grito la ardilla pero la niña no se detuvo hasta luego de unos segundos de sentir un fuerte golpe en la parte delantera de su cuerpo.

— ¡Aghh! —exclamó la niña con dolor tratando sobandoze su cuerpo. — Perdón, no te vi. —dijo la niña mirando el suelo ya que no queria que no la viera con un poco de tristeza trantando de que la persona con la que choco la perdone.

— No, no tienes el porque disculparte. —dijo una voz gruesa pero un poco aguda, como la de un joven, la pequeña alzó su vista y vio al niño más lindo que pudo ver en el mundo magico, era un niño de aproximadamente unos diez o once años, cabello lacio como la de un principe, ojos grises con un toque de verde y tez clara.

La pequeña no decía nada solo lo veia atentamente, ella no podia evitar alzar su cabeza ya que el chico media 1.67 mientras que ella 1.46, era tanta la diferencia que ella no lo podía evitar.

— ¿Te encuentras bien? —hablo el niño mientras movia su mano en la cara de la niña, ella tardo en reaccionar y luego asintió torpemente. El chico llevaba unos pantalones negros, una camisa verde y encima un suéter marrón. — ¿Puedo hacerte una pregunta? —hablo el niño directamente dejando atrás el tema del choque.

— S... Si. —dijo la niña un poco tímida mientras miraba sus ojos.

— ¿Porque corrias? —pregunto y justo en ese momento ella se acordo de los chocolates, miro sus manos pero ya no las tenía, luego busco a su alrededor hasta que los vio tirados en el césped de la mansión. — ¡Ey! Te estoy hablando. —dijo el chico desconcertado por el comportamiento de la niña.

— ¿Eh? Si. —dijo Jane mientras dejaba de ver los chocolates para mirar de nuevo al chico. — Lo siento, enrealidad corria porque queria darle esos chocolates a mi hermano. —dijo la niña apuntando los chocolates.

— Oh, ya entiendo. —dijo el niño mientras volteaba a mirar los chocolates.

— Bueno me tengo que ir. —dijo la niña mientras caminaba hacia los chocolates tirados para llevarselos a su hermano.

— ¡Oye! —escucho la voz del niño. — ¿Como te llamas? —pregunto el niño mientras que la otra se agachaba para recoger los chocolates. — ¡No me ignores! —le grito y la niña se paro del suelo y dar una media vuelta y comenzar a caminar hasta llegar al niño.

— Soy Jane, Jane Malfoy. —hablo la pelinegra. — ¿Y tu? —pregunto la pequeña curiosa de saber su nombre.

Regulus, Regulus Black. —dijo y sonrió un poco a la niña frente a el.

Regulus Black, su razón de vida y su lecho de muerte.









































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My Treasure; REGULUS BLACK.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora