Tener sexo en el sillón no era tan glamuroso. Erling lo descubrió cuando cayeron al suelo y comenzaron a reírse. Sin embargo, era un lugar excelente para el juego previo, porque era un ambiente diferente al de una cama, y le gustaba tener a Jude sobre sus piernas, moviéndose como si estuviera montando. Para Erling fue fácil imaginar a Jude con un sombrero y vestido de vaquero, y ese simple pensamiento, lo excitó de manera sublime. Jude mantuvo sus ojos entrecerrados. Sus cejas estaban unidas y los ruidos y quejidos que salían de su boca alimentaban el hambre que Erling tenía de él. Erling había estado apretando los laterales de Jude, mientras Jude subía y bajaba sobre su erección, a un ritmo constante, y posiblemente habría marcas. Jude estaba haciendo todo el trabajo. Por el momento, el control estaba en su cancha y Erling estaba feliz de cederlo.
Cuando Erling quiso cambiar la posición sin dejar el calor de Jude, terminaron en el piso.
—¿Estás bien?— Erling le preguntó a Jude. Había salido rápido y pensó que pudo haberlo lastimado. Sin celo, su cuerpo no era tan elástico y Erling debía de ser cauteloso para no lastimar a Jude.
Jude asintió. Él tenía los ojos cerrados pero su sonrisa apoyaba su afirmación. Se quedaron en el suelo sin decir palabras, solo se podía oír sus respiraciones agitadas. Ninguno había acabado, pero eso podría arreglarse.
—¿Estás interesado en un baño relajante?— Erling preguntó. Sus dedos acariciaron el vello que crecía sobre el vientre de Jude.
De nuevo, Jude asintió. Por supuesto que aún no habían terminado. Solo tomarían un pequeño receso. Erling quería conocer a Jude bajo otra luz, sin la necesidad biológica. Y aceptar eso, significaba que tenía que aceptar que una atracción hacia Jude se estaba haciendo más fuerte. No tenía problema con eso, pero no podía confesarlo, porque solo estaba ayudando a Jude y no quería perder lo que tenían. No estaba preparado.
Ayudó a Jude a levantarse. Caminaron al baño semidesnudos. Luego, Jude se quitó la playera mientras Erling abrió la llave para que la tina comenzara a llenarse. El agua no estaba tan caliente, pero el baño pronto se llenó de vapor. Erling añadió sales de baño.
—Adelante— Erling dijo al ver que las sales ya se habían dispersado.
—Faltan las velas y el vino, Haaland. Qué poca profesionalidad— Jude negó, fingiendo decepción, pero se metió a la tina.
Erling sonrió. Sería así la próxima vez. También, le propondría a Jude que podían pasar sus celos allí, y Jude no se mortificaría por su madre dejando su casa por un par de días. Erling entró a la tina y quedaron frente a frente. Sus piernas estaban en contacto. Erling extendió los brazos. Jude echó su cabeza hacía atrás, dejando expuesto su cuello. Rrling no despegó su mirada de Jude, cautivado. Su erección no había desaparecido por completo pero estaba volviendo. Erling supuso que Jude estaba en la misma situación cuando él abrió sus ojos y su sonrisa era juguetona y llena de deseo. Mañana no tenían entrenamiento por lo que podrían seguir disfrutando de la noche sin preocuparse por descansar.
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Erling secó el cuerpo de Jude con una toalla. Los dos olían a flores y otros frutos. Jude se quedó quieto, dejando que Erling eliminara el rastro de agua de su piel. Estaba relajado, pero también, la emoción seguía en él, esperando con ansias todo lo que harían. Al llegar de la celebración, Jude dudó de las intenciones de Erling, sin embargo, allí estaban, tocándose íntimamente sin un celo de por medio. Jude nunca había pensado en lo diferente que era la intimidad sin tener un celo. Estaba descubriendo nuevas sensaciones y le encantaba que fuera con Erling.
Erling terminó. Su cabello estaba goteando y él se veía como una estatua de la antigua Grecia. Jude se lamió los labios. Sus miradas no se apartaron por largos minutos. En celo, Jude no era capaz de concentrarse en otra cosa que no fuera su propio placer. Pero antes, en el sofá, Jude había redescubierto el sexo. Primero comenzaron con un beso. Se movieron por el hogar de Erling sin despegar sus labios hasta que chocaron con el sofá y se dejaron caer, reanudando el beso. Erling levantó a Jude y él se acomodó sobre las piernas de Erling, buscando fricción, alguna manera de alivio, aunque todavía no quería terminar. Erling desabrochó el pantalón de Jude, y lo bajó, solo quedó la ropa interior. Erling metió su mano dentro del bóxer y acarició su erección. Jude siseó. Entrecerró los ojos y el nombre de Erling salió de su boca como un cántico. Y luego, Erling introdujo un dedo y su cuerpo se estremeció completamente. Entonces, Erling detuvo sus movimientos y se fue para conseguir un condón y lubricante. Volvieron a la antigua posición, Jude sentía la respiración de Erling sobre su cuello. Erling introdujo su hombría poco a poco, usando demasiado lubricante, porque esa función en su cuerpo no estaba disponible por el momento. El dolor no era fuerte pero seguía siendo una sensación desconocida. Jude apretó los dientes y cerró sus ojos.
