One Shot

289 29 3
                                    

Las calles de Inazuma podían respirar nuevamente en calma, después de que la llegada de un extraño viajero fuera el impulso para conseguir revocar el Decreto de Captura de Visiones, ese mismo viajero había sido muy reconocido como héroe en Mondstadt y Liyue.

Era el tercer día del de ropas exóticas caminando sin sentirse preocupado de que lo capturen los del shogunato o se vea involucrado como ayudante en la resistencia, las cosas lograron calmarse gracias a él.

Las noticias se habían difundido en labios de la propia Shogun, los Fatui habían puesto mano en los asuntos de Inazuma y habían hecho dudar los principios de la Arconte. Luego de su derrota contra el viajero y Yae Miko, decidió pensar mejor las cosas y no aguantó un día más en vigencia el decreto.
Eso hizo que la gente tuviera apreciación en las acciones de la resistencia, especialmente de su pieza más importante, Aether.

No solo eso, Inazuma volvió a abrir sus fronteras al mundo y trajo aún más alivio a su gente.

La gente siempre que pasa en el camino al gremio, trata de saludarlo, hablar con él e incluso hacerle algunos regalos en forma de gratitud, Aether también solía ser buenos con ellos al ayudarle en varios encargos o tareas.

– ¡Esta es tu recompensa por los encargos de hoy! –.

– Si...muchas gracias –. La voz áspera no concordaba con la descripción del viajero brillante, amable y siempre alegre que se iba ganando una gran reputación por todo Tevyat con su corazón lleno de luz.

Hoy iba totalmente cabizbajo, tembloroso y algo mareado en sus pasos a quien sabe dónde mientras se llevaba una mano al pecho, casi todas las miradas iban dirigidas hacia el chico que parecía ansioso por huir lo más pronto posible de la ciudad, como si le tuviera algún tipo de repulsión a estar más tiempo ahí...

Los más preocupados eran varios de sus amigos que había hecho durante el conflicto y seguramente su alarmante forma que traía se esparcirá por toda Inazuma, pero la más preocupada y aterrada especialmente era Paimon, su compañera voladora más cercana a él que intentó llamarlo pero nunca respondía.

Por mucho que el chico era consciente de no estar del todo recuperado por sus recientes peleas con Signora y la Shogun, nadie le había dicho nada, porque no sabían de esto al verlo sin señales evidentes de dichas peleas.

La presión de la ciudad fue desapareciendo de su pecho a medida que iba alejándose de Inazuma, perdiéndose cerca de la Aldea Konda para quedarse inmóvil en medio del campo y tirarse de trasero para sentarse.

Ignoraba por completo los gritos, las lágrimas y los mini jalones de Paimon que estaba muy preocupada por él; su voz se oía completamente distorsionada y en eco, no entendía que estaba gritando hasta que pudo retomar el aire.

– ¡Aether!, ¡llevas todo el día muy extraño, todos están preocupados por ti y Paimon también!, ¡¿por qué no me respondes?! –. Ella habló con su voz casi desgarrada, ya que jamás había visto de esa manera al viajero pero algo de su comportamiento le recordó a los días después de ver por si mismo que Lumine estaba con el Abismo.

– Solo quiero que me mires, estoy preocupada por ti...Aether –. Sus pequeñas manos tocaron sus mejillas, al sentir su tacto, el chico bajó más la cabeza, con los labios encurvados en tristeza al recordar el porque se sentía así.

– Paimon, tú...¿ya no estás cansada de esto? –.

– ¿Eh?, ¿a qué te refieres? –.

– Sé muy bien de lo que hablamos antes de venir aquí, lo mucho que estuviste pendiente de mi y animándome a continuar para llegar al final del viaje, para estar junto a mi hermana...pero es que no encuentro motivos para ver algo bueno en todo esto y seguir a la siguiente nación –. Su voz se desquebrajaba lentamente, con respiraciones cada vez más convulsas y aceleradas con ojos muy abiertos.

Gracias por ser la única que me sostine en mi viaje  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora