"Para poder hacer la primera comunión tenía que confesarme, y pues no sabía cómo hacerlo exactamente. Todas mis amigas salían llorando del confesionario. Bueno entré y le dije al padre mis pecados y ya no sabía que decirle y le meti floro, incluso invente pecados que no había cometido y le conté sobre algunos problemas familiares que había tenido. Tenía 9 años, no sabía que hacer... El padre dijo que quería hablar con mi mamá. Cuando llegué a casa le expliqué todo a mi mamá y no se reunió con el padre, nunca llegó a ir"