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La señora Park se había encerrado en el cuarto y sus lamentos se escuchaban si pasabas cerca de su puerta.

Sunoo quería hacer lo mismo, pero pensado en que debía ser fuerte para hacer sentir mejor a SungHoon, borró sus lágrimas camino al cuarto.

Al abrir la puerta, encontró a SungHoon  envuelto en una toalla para que su húmedo cabello no mojara su pijama, tenía mirada baja y perdida.

El pelinegro alzó la vista cuando entró, mirándolo con sus lindos y brillantes ojitos.

Y Sunoo quiso llorar de nuevo.

Con lentitud, se sentó sobre la cama donde SungHoon dormiría, el chico se irguió un poco, sentándose de piernas cruzadas junto a él.

Sunoo tomó la mano de su novio, besando su dorso, una sonrisa penosa apareció en sus labios.

⎯¿Por qué no me dijiste?⎯preguntó Sunoo, su voz sonó ronca, algo rota, SungHoon bajó la vista, supo que ya no podría esconderlo.

⎯Tris-te⎯Dijo, bajito, señalandolo ⎯Como Ma-Má.

El labio de Sunoo tembló con ganas de llorar.

⎯SungHoonie, hay cosas, que por mas triste que sean, deben saberse ⎯Murmuró.

SungHoon negó, parpadeo varias veces para despejar las lágrimas que comenzaban a crecer en sus ojos, aunque eso no impidió que comenzará a llorar.

⎯No...Quiero⎯Murmuró. ⎯Yo q-quiero ser fe-liz, s-in de-cir eso, s-sin pen-sar eso...⎯Habló entre sollozos y hipidos.

Y SungHoon se rompió, desbordando en lágrimas.

Sunoo lo abrazó con fuerza, como si así pudiera arreglar las cosas, acomodando a SungHoon contra su cuerpo.

⎯SungHoon...Tú mereces toda la felicidad del mundo⎯Murmuró el rubio, carcomido por la injusticia.

𝙼𝚄𝚃𝙴 ¹ SunSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora