04 | Castigo

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La llegada de Dae Hyun al reino fue una grave enfermedad para todos; poco a poco la gente del pueblo iba muriendo por la carencia de comida que iba creciendo con los años; además de que se acrecentaban los actos delictivos a plena luz del día sin un castigo por parte del reino.

Sin embargo, los únicos castigos que había eran todos aquellos que podían afectar al rey directa o indirectamente. Como el primer castigo que fue presenciado por los ojos de los pueblerinos, cuando el rey mandó a cortarle las manos a una niña de siete años por robarse una manzana que iba directo al castillo. Las palabras del consejero frente al pueblo, antes de que se cometiera tal atrocidad, fueron:

Todo aquel que ose robar, agredir o manipular algo para la realeza, será castigado sin perdón.

Ese día, la gente vio sangre derramándose de la niña; todo ocurriendo a los pies del rey, quien estaba sentado en su carroza en medio de la explanada del pueblo, disfrutando como aquella niña moría desangrada y su madre era sujetada por guardias para que no pudiera tomar a la menor en sus brazos.

Esto causó que el pueblo le perdiera el respeto al rey y el miedo creciera en ellos; pero, si querían sobrevivir, se tenían que someter ante el poder del rey. Aunque aun teniendo la esperanza de pronto tener al príncipe Min como su próximo rey y que todo ese tormento llegue a su fin.

Y, aunque Yoon Gi no supiera explícitamente todos los horrorosos actos cometidos por Dae Hyun, sabía perfectamente que su pueblo está muriendo lenta y dolorosamente. Por lo que, encontrará la forma en la que Dae Hyun pague con sangre.

—Vamos, ya despierta.

Esa voz se escucha en la lejanía y sus ojos se sienten pesados. Y antes de que pueda pensar en algo más, siente agua fría golpear con fuerza su rostro. Abre los ojos de prisa y tose el agua que logra entrar por su nariz; su visión es borrosa y se toma de la cabeza, acostumbrándose a la luz.

—Te ves tan patético de esa forma, Yoon Gi —Es la voz de Dae Hyun.

Levanta la cabeza y lo mira sentado en su trono; están en el gran salón. Mira a su alrededor, pero solo nota a dos guardias junto a la puerta cerrada. ¿Dónde están Jung Kook Y Ho Seok?

—No están aquí —dice Dae Hyun, al mismo tiempo que se levanta de su asiento y camina un par de pasos hacia el príncipe, pero, aun así, una distancia de tres metros lo separa de él—. Estoy tan decepcionado de ti, Yoon, creí que eras más inteligente y nunca romperías una de mis órdenes —suspira, viendo directo a los ojos de Yoon Gi—, pero parece que todo lo que te enseñaron tus padres no sirvió de gran cosa.

—¡Cállate! No tienes ningún derecho para hablar de mis padres.

Yoon Gi aprieta los dientes y sus fosas nasales se ensanchan al tomar grandes cantidades de aire, repudiando esa asquerosa sonrisa en el rostro de Dae Hyun

La noche triste | yoonkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora