Capítulo 3: Sueños; son solo sueños

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En donde me encuentro, recuerdo que Alex me dijo que me quedara en su habitación, pero donde rayos estoy. Hay un inmenso pasillo delante de mis narices, demasiadas puertas blancas para mi gusto, mis pies caminan sin mi voluntad y se detienen al frente de una puerta de un color metálico como la sangre para ser exactos. Mis sentidos me dicen que salga echando leches de allí pero como dice el dicho ''la curiosidad mató al gato'' 

Traté de abrirla, pero como en toda peli de terror  estaba cerrada; me di por vencida y giré sobre mis talones, escuché un chirrido espeluznante, volví  a mirar a esa puerta y como por arte de magia se abrió de en par en par, ¿Si esto era un sueño, nada malo podría pasar si cruzo por ella verdad? la atravesé, todo estaba oscuro, de pronto las paredes desaparecieron y me hallaba en un bosque, la luna iluminaba un pequeño sendero cuyo trayecto terminaba en una vieja mansión.

Mis voces internas me susurraban que me alejara de ese lugar, pero eso y mi cuerpo eran cosas distintas, el actuaba por cuenta propia. Tan rápido como desaparecieron las paredes era la como me había transportado al interior de la mansión.

¿Y vaya que mansión?

Delante de mis narices había dos escaleras, ambas formando una media luna que llevan al piso superior, encima de mí se hallaba una telaraña ( y no, no eran esa de las de hilito de arañitas) era una gran lámpara con cristales incrustados, como si fueran diamantes ( si mi mente no fallaba con las clases de biología, la profesora no paraba de decir que era su mineral favorito, ¿de quién no?)

Miré a mi alrededor para detallar más el lugar, aunque veía como una especie de neblina admiré los bellos tapices que  adornaban la estancia, a lo lejos vi una chimenea de las antiguas y sin querer ya estaba sentada enfrente de ella, en un sofá negro con toques rojos, extremadamente caro diría yo.

Si de verdad era un sueño, parecía todo muy real, por fuera parece una mansión tenebrosa, pero por dentro es majestuosa.

A lo lejos  escuché voces masculinas , me acerqué para ver de quienes se trataba, un chico pelinegro con traje del mismo color con toques rojos y con joyas por igual, otro pelirrojo con un traje azul oscuro bien ceñido, parecen sacados de un cuento de fantasía.

- Todo está listo, señor- el pelirrojo le decía al azabache.

- Solo falta despertarla- ¿A quién se refiere? me dispongo a seguirlos para ver a la persona que se supone que está dormida.

Llegamos a un sótano bien cuidado, incluso se podía decir que era lindo, estaba lleno de rosas blancas enrolladas en las paredes y columnas, en el centro se encontraba una capsula de cristal, ambos se quedaron viendo algo en su interior, me muevo más cerca, pero no notan mi presencia, dentro de la capsula había una chica con un vestido blanco, sus manos estaban cruzadas en su pecho, era castaña y cuando quiero detallar más su cara todo se oscurece.

Despierto en la habitación de Alex, faltándome el aliento, un sueño muy extraño tuve.

Tenía aún la camisa de Alex, la olí, desprendía ese típico olor a colonia varonil demasiado cara, su olor.....(Austina deja esos pensamientos). 

Él no se encontraba por ningún rincón de la habitación, rápidamente recogí mis ropas, me cambié y salí de su habitación, era la primera y ultima vez que dormiría en su cama o que pisaba su lugar de descanso (créete eso Austina).

Maldita conciencia

Al salir corriendo al pasillo ( y si iba corriendo porque se me hacía tarde para llegar a clase aunque no me molesta la idea, nunca me ha gustado llegar tarde a ningún lugar. Tuve que pasar por mi habitación a buscar los libros, pero antes de poner un paso dentro de ella choqué con una gran espalda ( es una persona, Austina) calla

O lo tomas, o lo dejasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora