En el silencioso lugar, solamente se oían las agujas del reloj avanzando, este indicaba que eran cerca de las tres de la mañana en aquella pequeña estación de servicio alejada de la ciudad.
En ella se encontraba Alexis, un azabache de cabello hasta los hombros y de ojos azul marinos, a juego con su uniforme de trabajo. Estaba cansado, sentado en una silla, (no muy cómoda) detrás del mostrador, con la palma de la mano sosteniendo su mejilla, en el intento de no dormirse.
-Quedan tan solo dos horas más...- se susurró a si mismo. Sabía que a esa hora no iba casi nadie, así que no debía estar muy activo, solo algún que otro borracho a buscar más botellas.
El timbre de la puerta abriéndose lo hizo abrir los ojos, pero los abrió aún más cuando sintió unos pasos apresurados entrando, acercándose cada vez más como si lo vinieran buscar por haber robado algo.
Un tipo encapuchado se dirigió hacía donde estaba el ojiazul, pasando rápidamente por detrás del mostrador y agarrandolo de los brazos, inmobilizandolo, para llevarlo hacia la parte de atrás de la tienda, por una puerta abierta que llevaba al almacén de la despensa.
Al azabache realmente no le dio tiempo a reaccionar de lo dormido que estaba y de lo rápido que había sucedido todo. Menos de ponerse a pensar el por qué de esa situación.
-¿QUÉ MIERDA ESTÁ PASANDO? SUELTAME O LLAMARÉ A LA POLICÍA CABRÓN- Alcanzó a gritar aún con un ojo medio cerrado, siendo arrastrado, sin poner resistencia alguna.
Seguido de eso, escuchó de nuevo el timbre de la puerta, pero estos eran otros pasos mas apresurados y desesperados, de varias personas juntas. Tal vez estaban buscando a aquel extraño, sinceramente tenía mucha pinta de ladrón, o hasta asesino.
-Suéltame pendejo, o te juro qu...-
El extraño nisiquiera lo terminó de escuchar, lo dio vuelta tomándolo de los hombros contra la pared, seguido de eso, se acercó rápidamente y lo besó para que se callara, antes de que el ojiazul pudiera emitir otro sonido.
Fue algo tan impredecible y extraño que Alexis quedó impactado, con la mente en blanco. No pensaba en nada, solo en aquel tipo ajeno y qué quería exatamente de él.
No entendía nada, el cerebro no le andaba a esas horas y no estaba procesando lo sucedido, solo estaba exhausto, así que se dejó ceder al exótico beso, que tampoco... estaba tan mal. ¿Tan mal? Nada mal. Estaba soñado, ese tipo realmente sabía lo que hacía.
El extraño afirmó al azabache por los hombros y la nuca, sin dejarlo despegarse de la pared. El beso poco a poco se iba convirtiendo en algo más caliente y ansioso, ambos, sobre todo Alex, iba deseando más de aquel sujeto que acababa de "conocer", pero que ya le encantaba.
-¿Hay alguien aquí? - Se escuchó del otro lado de la tienda, de una de las personas que acababan de entrar segundos antes. Y después, pasos acercándose hacia donde ellos se encontraban.
-Oh, disculpen... - Murmurró bajo, al ver a los dos muchachos besándose, para luego salir de la tienda, haciendo que todos los demás salgan.
Cuando se escuchó a la última persona salir, el tipo soltó a Alex de un tirón, mirándolo a los ojos. Este estaba agitado y conmovido. Estaba en las nubes, sinceramente el beso le había encantado, pero la forma en la que había sucedido era muy, muy rara y necesitaba una explicación.
-Muchas gracias. Me salvaste de esta... Pero, chico... Realmente me seguiste la corriente. -Le susurró el sujeto con acento británico. Esto sobresaltó un poco al azabache, poniéndolo nervioso.
De todos modos, ¿qué carajos debería responder a eso? Su mente hizo demasiado esfuerzo para despertarse, y además para procesar que: un extraño entró como para matarlo o secuestrarlo, probablemente esas otras personas lo buscaban y encima lo besó como si fuera la última persona en el mundo. Lo peor es que le había gustado. Fue demasiado imprevisto y bizarro, la escuela no lo preparó para afrontar estas situaciones.
-No sé que demonios responderte, necesito una explicación ya. - Respondió con sencillez, intentando mirarlo a los ojos, un poco apenado.
Estaba seguro de que si no hubieran sido las putas tres de la mañana, o no hubiera estado tan cansado, hubiera reaccionado completamente diferente, mandando al carajo a aquel extraño. Pero no, ahí estaba, con cara de bobo mirando a una persona que acababa de conocer hace diez minutos con los ojitos brillantes y el cuerpo acalorado, tal vez deseando un poco más.
-Bueno, solo digamos que no le caía muy bien a esas personas que me seguían. Pero ya no tengo tiempo de explicarte. -Respondió con rapidez, sacándose la capucha para que Alexis lo viera apropósito.
Y Dios mio, Alexis estaba bendiciendo a todos los dioses habidos y por haber por haber creado a una persona tan perfecta y hermosa como la que tenía frente suyo. Era totalmente su tipo. Y no lo disimuló mucho.
-Bueno, fue un gusto conocerte, espero que nos volvamos a ver. -Le dijo dedicandole una sonrisa coqueta. -Por cierto, me llamo Wilbur. - Terminó para luego marcharse rápidamente, dejando al azabache embobado.
La puerta se oyó abrir de nuevo. Se había ido. Alex, todavía mudo y atontado, fue hasta el mostrador, para encontrarse allí un papel arrugado que decía "Escríbeme, Alex" con un número de teléfono. El azabache se quedó pensando unos minutos como aquel tipo sabía su nombre si no se lo había dicho, para después recordar que lo tenía escrito en su camisa de trabajo.
Ese tal Wilbur hablaba en serio.
Lo quería volver a ver.
Y hasta quizás conocerlo.
-Qué carajos fue todo eso.
》* 。 • ˚ ˚ ˛ ˚ ˛ • 。* 。° 。* 。 • ˚《
Perdón, no especifiqué, pero todo el tiempo están hablando en inglés, exepto en los modales mexicanos que usa Alex y cuando este habla solo.
Hola querida personita, gracias por leer mi intento de historia, espero haberte hecho pasar un ¿buen rato? No sé. 💞
¡Nos volveremos a ver! Tal vez...
ESTÁS LEYENDO
𝑂𝑡𝑟𝑎 𝑛𝑜𝑐ℎ𝑒 𝑖𝑔𝑢𝑎𝑙 𝑎 𝑡𝑜𝑑𝑎𝑠🌙 (Quackbur/tntduo)
Historia Corta.・。.・゜✭・.・✫・゜・。. Una noche un poco inusual en un trabajo de madrugada. Voy a admitir que solo se me ocurrió esta escena mientras vivía y tuve ganas de escribirla, si puedes, pasatela a leerla, no es larga. 🌟ACLARACIONES: •Todos los derechos d...