8 "Bailando en la desgracia"

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A partir de este momento: actualizaciones días viernes con 3 capítulos seguidos

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Ella siempre bailó, aunque todo se derrumbara, aún en sus peores momentos. Era un alma brillante, capaz de soportar cualquier tormenta y proteger a los que amaba. En esta ocasión, se encontraba bailando mientras lavaba los platos y limpiaba esa cocina, en aquel restaurante. Claire era mesera, pero siempre deseo ser algo más. Había una gran fiesta al frente, de empresarios y ricos. Vals sonaba de fondo, y ella soñaba que vivía en un palacio. Siempre fue demasiado soñadora, como solía decir su padre. Se imaginaba así misma con un gran vestido hasta el suelo, elegante, como si su alma por dentro lo fuera. Resplandeciendo, siendo sólo ella, entre toda esa basura que le tocaba limpiar, esos platos sucios, esa escoba para barrer toda la mugre que dejaban los demás.

Perdida en sus pensamientos, imaginando estar en otro lugar, unos brazos la abrazaron por detrás. Se trataba de aquel demonio, que había llegado recientemente a su vida, y le había dado un nuevo sentido. Aquel caballero de otra dimensión.

- ¿Badulf? - Volteó a mirarlo y enrojeció - ¿Qué haces aquí?

Él tomó sus manos y una la colocó en su hombro, y la suya tomando su cintura.

- ¿Me concede usted esta pieza? - Le preguntó él, sonriendo nuevamente.

- Pero, debo terminar de limpiar...

- Vamos, estabas bailando hace dos segundos. No me dejes así, por favor.

¿Cómo decirle que no?

- Está bien - Ella sonrió.

Ambos comenzaron a bailar, aunque la música se escuchara lejos, en sus corazones estaba sonando justo ahí, en ellos. No querían separarse, ese era el sentimiento presente.

- Yo no debería bailar esta música - Dijo ella desanimada.

- ¿Por qué?

- Porque es de clase alta y tristemente, yo no soy una princesa. Sólo soy una mesera.

- Para mí eres una princesa - Le dijo él, acariciando su mejilla - ¿Sabés? Hay algo, diferente en ti ¿No lo sientes así?

En sus ojos podía ver un ser de luz, que vivía dentro de ella, esa era su alma, que resplandecía y le daba calma. Badulf no lo pensó más y sólo se dejó llevar, dándole un beso. Su primer beso. Claire estaba sorprendida, pero no podía negar lo que sentía. Aquel beso la hizo sentir como si mil mariposas revolotearan en su estómago. Estaba claro, se había enamorado de un demonio. ¿Pero qué era este sentimiento tan familiar? Aquel beso la había transportado a una época antigua, dónde la ignorancia, crueldad y las llamas los habían separado, pero ahora estaban nuevamente juntos.

Dos almas solitarias habían dado vueltas para finalmente unirse, y se sentían el uno para el otro, a pesar de ella ser un humano y él ser un demonio inmortal.

Badulf sabía que si su hermano se enteraba, sería un problema, pero no podría ocultárselo. Así que confeso sus sentimientos por ella y le dijo que no podría alejarse, que realmente la amaba y que debía comprenderlo. Ella le había devuelto la calma, y nunca podría dejarla, ya no podía alejarse de ella.

- Estás loco, hermano, realmente perdiste la razón y el norte - Le dijo Dustin, agarrándose la cara - Sabes que será dificultoso ¿Verdad?

- Lo sé bien, pero no puedo evitar lo que siento, aún si quisiera alejarme, regresaré a ella.

- Ay, ay, ay, me lleva... - Se quejaba Dustin.

- Tú no lo comprenderás, pero no te entrometas, porque no te dejaré hacerlo.

- Hermano, yo quiero tu felicidad, por sobre cualquier otra cosa. Sólo digo lo que ya sabes, es todo. Entonces... ¿Nos quedaremos aquí?

- Sí, por el momento sí.

Félix que acababa de llegar y los escuchó, se emocionó.

- SIII, NOS QUEDAREMOS AQUÍ!!! - Festejó el pequeño, mientras movía a Greta de arriba a abajo.

- Félix, despacio con Greta - Le dijo Claire.

Badulf sonrió al ver la escena, al fin podía sentirse en casa y lo que más importaba, es que su pequeño hermano estaba feliz.

El tiempo pasó más rápido de lo normal, Badulf decidió pedirle matrimonio a Claire y ambos se casaron en el bosque, los invitados no fueron muchos, pero eran suficientes. Fueron sólo los dos hermanos junto con la lechuza Greta y el gato Scáth, quienes presenciaron los votos y la unión, la cual fue una unión eterna. Aunque el cuerpo de Claire envejeciera y muriera en el futuro, Badulf la buscaría, entre la muerte y los vivos, para reencontrarse con ella.

- Este día me uno contigo, para amarte por siempre, sin limitaciones terrenales ni de las tinieblas, nadie ni nada logrará separarnos, por los siglos de los siglos, por toda la eternidad. Seremos uno y el todo. - Dijeron ambos, tomando sus manos.

- Si tu vida mortal te separa de mí, yo te estaré buscando en miles de mundo, y durante diez mil vidas hasta encontrarte - Le juro el demonio, antes de darle un beso.

Eran un matrimonio poco visto, humana y demonio. Aun así, a pesar de que Badulf era mitad demonio, existía más bondad en su corazón que en el de cualquier ser humano.

La familia se mantendría unida, sin importar que. Y Badulf era el protector de esta curiosa familia. Él les había prometido protegerlos, sin importar qué.

Luego de la tormenta viene la calma y así funciona... pero por desgracia, en ocasiones es al revés. Luego de la calma, viene la tormenta.

S O L O S (Slenderman, Splendorman, Offenderman, Tenderman)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora