NOTA: continuación del relato del día 3
(...)
- Nori!! Ya es tardeeee!!!!
La voz de Josuke nunca le había molestado tanto como esa mañana
Su cabeza dolía y su boca tenia un sabor extraño
Aunque cubrió su cara con el antebrazo, la luz que entraba por las ventanas, le era insoportable
- Anda!!! Quiero que me prestes tu cámara - sacudió su cuerpo - apresurateeeee
He ahí la urgencia de su compañero; de mala gana, aventó las sabanas que lo cubrían
¿Se fue a la cama vestido?
Por cierto, ¿como llego a la habitación?
- Te espero afuera, por cierto dejaste la tarjeta en la entrada
La tarjeta
La que abría la puerta
La que anoche había tomado el profesor Kujo de su bolsillo
Anoche cuando se embriago y se lanzo a chupar sus labios como desesperado
No solo su rostro, todo su cuerpo se calentó; se lleno de un bochorno feroz que se traslado hasta su estómago obligándolo a correr al cuarto de baño
Vómito
Otra vez
Tras un par de arcadas, un destello en su dolorida cabeza le mostro que ya había pasado por eso
En la entrada del ascensor
Una arcada mas que termino siendo la última
Limpio lo que tenia que limpiar y se apresuro a alistarse para salir aun cuando no quería hacerlo. Lo que deseaba era hacer un agujero en la tierra y esconderse ahí
Tratar de hilar la secuencia de acciones de la noche anterior, era como armar un rompecabezas. Uno que conforme juntaba las piezas, lo avergonzaba mas
Y para acabarla tenia muchísima sed
Pinche alcohol, siempre si logro que valiera madres
De la hidratación podía ocuparse, del dolor de cabeza... quizás algún medicamento le ayudaría; el asunto importante aquí era lo que cierto mayor apuesto debería estar pensado de el
Y la visita a los condenados baños termales era hoy
- Otra vez valí madres - se dijo en voz alta terminando de cepillar sus dientes por 3a vez y haber tomado una ducha rápida
La única opción era tratar de evitar al profesor de cabello negro lo mas posible, algo casi imposible, pero podía intentarlo
Tenia que intentarlo
Tomo lo necesario del buro junto a la cama, se dio un vistazo al espejo, su cabello seguía mojado pero eso parecía aminorar un poco el dolor de cabeza
Abrió la puerta y reafirmo su idea de esconderse en un hoyo muy profundo
El profesor Kujo mantuvo su mano en la posición para hacerle saber que estaba afuera, justo cuando Noriaki decidía alcanzar al resto del grupo
Nadie en el pasillo, ni un alma que lo sacara de esa situación incomoda
- Buen día Kakyoin - saludo con tranquilidad el mayor
El aludido recordó varios detalles bochornosos que había olvidado; su baile, algunas miradas, sus impertinentes preguntas; justo en ese momento parecía que lo que ya no recordaba era su capacidad de hablar
- ¿Te encuentras mejor? ¿Cómo te sientes?
Como un idiota pensó, mas cuando noto que movía sus labios sin omitir sonido alguno
Mezclas la vergüenza, la resaca y la estúpida ensoñación de ver al adonis de casi dos metros por el que babeas en clases; la mañana después de te le lanzas a los brazos, lo besas y para colmo casi vomitas sobre él
No era la mejor manera de comenzar ese día
Ni ninguno
En definitiva el color de su rostro, haría juego con el de su cabello de manera permanente
- Aquí tienes - hablo el moreno quien no mostraba ni un ápice de molestia, en cambio le extendía una bolsa de plástico blanca
El chico la tomo por inercia y miro que dentro, un par de botellas con suero rehidratante lo esperaban. Una de sabor manzana y otra de cereza
- Te notabas entusiasmado con la visita de hoy - explico tendiéndole también una caja de aspirinas - anoche no te notabas bien, esto puede ayudar
Las orbes amatistas no podían ni pestañear, aunque casi le arrebato el medicamento
Joder, ¿podía el profesor Jotaro Kujo ser mas perfecto?
No solo estaba ahí tratando de lograr que se sintiera mejor, estaba obviando sus devaneos de borracho
- Toma el tiempo que necesites, cuando venia para acá escuche que ni Jolyne ni Ermes habían despertado
El profesor metió las manos a sus bolsillos y camino hacia el extremo del ascensor
Noriaki seguía quieto como estatua, sopesando la situación
¿Así iba a ser el resto del día? ¿Del viaje? ¿De lo que le restaba en la escuela?
- Por cierto Kakyoin, ¿De verdad tienes 18, casi 19 años?
¿De lo que le quedaba de vida?
- Yo... - la voz regresaba - tengo 16, los muchachos acordamos que... Si alguien preguntaba, diríamos que teníamos un par mas...
Confeso a riesgo de que no solo a él, sino de que a todos los castigaran
- Entonces... en realidad son 12 años, no 10
El condenado profesor Kujo le sonrió, de la misma manera que había hecho la noche anterior, cuando lo miraba con esos ojos de dudoso color
Ya fuera azul o verde, se trataba de un enigmático y maravilloso color
- Aunque doce tampoco son muchos
Tanto como el hombre que los poseía
🤭😅
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Jotakak Week 2023
Short StoryTristeza y alegría; lágrimas y amor... Siete relatos cortos dedicados a explorar el amor entre Jotaro y Kakyoin