Julieta se recostó en el asiento del avión absolutamente abatida, mientras reflexionaba sobre cómo habían cambiado las cosas durante ese año.
Con la misma velocidad que el aparato comenzaba la carrera de despegue, las imágenes se iban agolpando en su mente. No creyó que algo tan simple como un choque en plena calle pudiese propiciar un giro radical a su vida.
Notó cómo cogía su mano y la apretaba fuertemente, mientras que con el dedo pulgar le acariciaba los nudillos, con aquel gesto tan típico de él.
Después, sintió que su estómago se encogía a la vez que la aeronave despegaba, volviéndose de pronto liviana, como si dejase en tierra todo el peso de su pasado. Lo miró y le sonrió. No estaba soñando, por fin, era libre.
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Algún día volveré
RomanceJulieta Ros vive un perfecto matrimonio con Mario Mascaró, un cardiólogo hijo de uno de los mejores amigos de su padre, con el que se casó tras ser novios desde la adolescencia. El noviazgo fue interrumpido de mutuo acuerdo durante un año, en el que...