Tohru is Izuku's Dragon Maid (Reiniciada)

CAPÍTULO UNO: Encuentro con un dragón

El sol comenzaba a elevarse en lo alto del cielo sobre un complejo de apartamentos cerca de la prefectura de Shizuoka. Del sol emanaban cálidos rayos en el cielo despejado de la mañana. Los rayos entraron por la ventana de una habitación. Cuando los rayos alcanzaron a la persona que estaba dentro de la habitación, ésta dejó escapar un gemido de fastidio. La misteriosa persona se sentó en la cama, mostrando un mechón de pelo verde desordenado. La persona se froto los ojos y miro el reloj.

"Tengo que prepararme para ir al colegio", dijo Izuku Midoriya mientras levantaba las piernas de la cama. Cuando sus pies tocaron el suelo, se agarró la cabeza con dolor. Olvidó por qué le dolía la cabeza, pero pronto recordó por qué le dolía. "La explosión de Kacchan debe de haberme hecho golpearme contra una pared o algo así", murmuró Izuku mientras se levantaba de la cama. Se dirigió al cuarto de baño, se quitó la ropa y se metió en la ducha.

Abrió la ducha y se estremeció un poco cuando el agua fría golpeó su piel desnuda, pero pronto empezó a moverse y a limpiarse cuando sintió el agua caliente. Terminó de ducharse y se secó antes de volver a su habitación para ponerse el uniforme del instituto. Una vez que terminó de cambiarse, se dirigió a su cocina. Cogió un bol y una caja de cereales y los colocó sobre la mesa, se dirigió a la nevera y cogió la leche.

Una vez sentado a la mesa, se sirvió un tazón de cereales. Mientras desayunaba en la mesa, hojeó las noticias en su teléfono. Se detuvo en una noticia que mencionaba un enorme dragón verde con grandes alas negras avistado en las montañas cercanas a su casa. "Izuku tarareó mientras hacía clic en la noticia y miraba la imagen borrosa del dragón. Izuku miró la imagen antes de empezar a entrecerrar los ojos. "Me parece que debería saber quién es, pero... no me acuerdo".

Izuku miró la hora y vio que tendría que salir de casa ahora mismo si quería llegar a tiempo a la escuela. Se bebió lo que quedaba de leche en su tazón antes de colocarlo en el fregadero. Cogió la mochila que estaba junto a la puerta y se la puso antes de agarrar el pomo de la puerta. Lo giró y empujó la puerta para abrirla. Apenas se había movido un centímetro cuando levantó la vista y vio algo que hizo que su corazón se detuviera por un segundo.

Frente a él tenía el hocico de un enorme dragón verde con penetrantes ojos amarillos con estrechas rendijas negras. Izuku se quedó inmóvil, rígido como una tabla de madera. El dragón gruñó, un gruñido grave que emanaba de lo más profundo de su garganta, antes de soltar un pequeño rugido. El viento del rugido despeinó a Izuku. Los ojos de Izuku se abrieron de par en par, asustados, cuando el enorme dragón abrió las fauces. Izuku pudo ver los afilados dientes que recubrían el interior de la boca del dragón.

"Vamos, Izuku, sólo estás soñando", se dijo Izuku, intentando convencer a su mente de que lo que estaba viendo no era real. La saliva goteaba del interior de su boca mientras el dragón la abría aún más. De repente, una gran runa circular de color rojo brilló intensamente frente a Izuku. El Dragón detrás de la runa brilló en naranja antes de encogerse aún más en la forma de una hembra humana. El Dragón, en su forma humana, aterrizó pero inmediatamente después saltó en el aire. "¡Ta-dah!" vitoreó la hembra con los brazos extendidos, mientras su pecho rebotaba ligeramente al aterrizar. En su forma humana, la dragona tenía el pelo largo y rubio con las puntas de color naranja fuego y los ojos de color rojo anaranjado con las pupilas dilatadas, y una figura voluptuosa con grandes muslos y pechos turgentes.

Izuku siguió mirando fijamente a la mujer que tenía delante con un leve rubor en la cara cuando ella le dedicó una sonrisa. "Pasando una buena mañana, señor Midoriya", chirrió la chica dragón. "Sí... soñando", se dijo Izuku. No sólo había aparecido el dragón justo delante de su apartamento, sino que dicho dragón se había transformado en una hermosa mujer. Así que Izuku respondió con la respuesta más razonable que se le ocurrió a su cerebro en ese momento: "B-Buenos días".