Capitulo I

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Capitulo I. Secundaria: El "maravilloso" arte  de crecer.

La secundaria podríamos llamarla como la mejor y a la vez peor etapa de la vida. Es ese puente entre ser niño y adolescente en el que conoces tantas cosas pero hacen que desconozcas lo que creías que eras. Y justo el arte de esta etapa es que conoces a quien serás en adelante.

En lo particular, quisiera decir que mi etapa de secundaria ha sido en la que más cambios he tenido, no solo en lo académico, también en lo familiar, social y personal.

Toda mi infancia la viví con mi mamá (mis padres se divorciaron cuando yo tenía tres años). Pero de ahora en más, viviré con mi papá y su pareja que tiene dos hijos de los cuales hablaré más adelante.

Agradecía que mi nueva casa está muy cerca de mi escuela, puedo ir y regresar caminando, así que llegar tardé ya no será más un problema.

Por otro lado, lo academico y lo social sí está siendo más complicado de manejar. 

La realidad es que esa etapa en la que sacaba 10 en todo quedó atrás, si ahora sacó 8 es un logro.

Lo que me entristece un poco es que mis amigos ya no son más mis amigos. ¿Qué curioso no creen?, durante 6 años formé amistad con personas que hoy en día son simplemente conocidos. Muchas de mis amigas se volvieron "populares" y cuando nos cruzamos en el camino me miran como bicho raro.

—Dania— gritó Camila, una de mis pocas amigas de mi nuevo salón— ¿En qué piensas?—.

—Nada, me perdí en...—

—En el chico con el que chocaste el otro día—completó mi amiga.

—Muy graciosa, auch— me quejé cuando la aguja picó mi dedo.

Mi secundaria nos obligaba a elegir un taller como materia. Yo me decidí por "corte y confección" al descubrir que cocina estaba lleno.

Por obra del destino Camila y yo estabamos en el mismo taller y es que gracias a esta clase comencé a hablar con Cami.

—¿En qué salón dices que va?— preguntó mi amiga.

—Entró al salón 23— respondí.

—No conozco a nadie de ahí— contestó con un suspiro.—Por fin acabé—

Camila sonrió satisfecha al ver su muestra de puntadas terminada. 

—Y aunque conociéramos a alguien yo no le hablaría— confesé.

—¿Por qué no?—preguntó Camila.

—No quiero distracciones—mentí.— Papá me advirtió que si volvían a llamar para decir que no termino los trabajos me castigaba.

Camila hizo una mueca.

La realidad es que no quiero hablarle al tal Josh por miedo al rechazo. Nunca me he sentido fea, incluso mi maestra de primaria hacía un concurso de belleza en cada convivio y salí invicta en todos. Pero en ese entonces los chicos no se fijaban en algo más que la cara, y honestamente he tenido problemas para desarrollarme como el resto de mis compañeras.

—Bueno te propongo un trato— dijo Cami una vez que regresó de que la maestra revisara su muestra— Tenemos dos meses hasta la siguiente evaluación. Dos meses en los que yo te ayudo a subir tus calificaciones y dos meses en los que podemos investigar más acerca del chico—.

Lo medité. Tengo dos meses para mejorar mi alimentación y tal vez así sentirme mejor con mi físico.

—Me parece— respondí.

Tal como Camila me dijo, me ayudó con mi muestra enseñandome un truco para hacerlo más rápido. 

Una vez acabada mi muestra y calificada por mi maestra, terminó la clase y con ella acababa mi última clase del día.

De regresó a casa no podía parar de pensar en el trato que hice con Cami y me emocioné solo de pensar en la mínima esperanza que tenía de hablar con el chico.

🍃✨🍃✨

Hola hola, yo aquí de nuevo.

Lamento que sea un capitulo corto pero no quería no subir hoy.

Espero que les guste la historia y si es así no olviden votar y comentar.

Gracias por leer🤍

✨Se despide:

Nat_Cordova

Crónicas de un corazón roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora