Capítulo VII

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Las semanas pasaron, la editorial tenía mucha carga de trabajo por lo que Harry ahora sí tenía que salir temprano y regresar tarde por obligación, le dejaba ciertas notitas a Louis deseándole buen día y llegaba a casa encontrando al ojiazul siempre dormido en la sala, él lo despertaba para que vaya a su cuarto y así entablaban una pequeña conversación hasta que se deseaban las buenas noches.

Niall y Carolina hablaban muy poco con el ojiazul, por lo mismo que la editorial estaba con bastante carga de trabajo, incluso Sebastián pasó de ser sólo chofer a ser asistente de Niall, por lo que tampoco tenía mucho tiempo, Liam tenía la cabeza cuadrada del estrés, así que mucho caso tampoco le hacía.

Pero los entendía y afortunadamente, tenía a Zayn para hacerle compañía, seguían cantando juntos y separados, disfrutando de las voces de ambos, el pelinegro siempre sumaba puntos ante Louis pero éste seguía pensando en Harry, en lo feliz que era con sus notas de la mañana, escritas con esa letra tan pulcra, las tenía guardadas en el interior de la puerta de su closet, lo hacían tan feliz como los momentos en la que el rizado lo despertaba al llegar y es que se quedaba dormido ahí a propósito, para tener una excusa y poder hablar con él aunque sea unos minutos.

Como esta noche por ejemplo, en la que Louis volvió a recostarse en el mueble y se durmió, cuando llegó Harry, cansado del ajetreado día, encontró una vez más al ojiazul acurrucado en el sofá, era una bella imagen que guardaba en su mente cada noche.

Era la última noche que vendría tarde, al fin mañana harían la presentación ante los sponsors para el evento benéfico que llevaban planeando estas semanas.

— Loui— lo llamaba suavemente — pequeño — acarició su mejilla — cariño — se puso de cuclillas para quedar más cerca del ojiazul — amor — susurró aún más despacio con una sonrisa de las ganas que tenía de llamarlo así — ¿Lou? — pasó su mano por el cabello del castaño.

— ¿Mhm? — abrió lentamente los ojos encontrándose con esos verdes orbes grandes y esa sonrisa tan hermosa — ¿qué hora es?

— 11:43PM para ser exactos — susurró para que solo el ojiazul lo escuchara.

— Es demasiado tarde — se levantó despacio desperezándose, quedó frente el rizado que en ningún momento retrocedió y Louis lo abrazó, acurrucándose en el pecho del ojiverde, éste lo envolvió entre sus brazos — no has dormido bien estas semanas.

— Hoy es el último día te lo prometo — habló en un tono suave, tal como lo hacía el ojiazul — mañana es la presentación y todo saldrá bien.

— Por supuesto que sí, se están esforzando demasiado — alzó su rostro mirando a Harry quién le miraba los labios y por unos segundos, creyó que el rizado lo besaría pero éste solo atinó a sonreírle y darle un beso en la frente.

— Vamos — indicó — tienes que descansar y yo también — sonrió y el ojiazul le devolvió la sonrisa más dulce y cálida que Harry alguna vez pudo ver en su vida y sintió otra vez esas ganas de besarlo que reprimió hace unos segundos.

Volvió a reprimirse y siguió al ojiazul quien se detuvo en la puerta de su habitación — buenas noches Hazza — dijo con suavidad.

— Buenas noches Loui — sonrió complacido y lo vio ingresar a su habitación cerrando la puerta para luego él hacer lo mismo.

Amaneció un nuevo día, Harry estaba tan cansado que se arrastraba por la cama para salir de ella.

Odio la vida.

Como nunca el ojiazul se había levantado primero, lo vio a través del ventanal sentado en el pasto dándole la espalda, estaba con su guitarra, vestía un polo azul, no como el de sus ojos pero el color es bonito y un short blanco.

El azul de tus ojos [l.s]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora