EPÍLOGO

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*Samantha*



Como seres humanos tenemos la manía de aferrarnos a algo sin importar que nos haga daño, que no esté bien, únicamente deducimos volvernos ciegos, sordos y mudos, así como la canción de esa cantante tan famosa Shakira, creo que es su nombre. En un momento de tristeza y soledad tendemos a creer que un poco de luz será la salida a todos nuestros problemas y la acaparamos inmediatamente sin dejarle libertad y extinguiendo por completo sin ser capaces de ver el verdadero significado de ella; de la oscuridad nace la luz y está siempre existirá si hay libertad.

Adam fue esa luz en la oscuridad, sin embargo, descubrí a tiempo que no debía extinguirla que debía entender que siempre habrá luz sin importar cuan oscuro sea el camino.

Hoy puedo decir que me siento bien, me siento en paz, siento que soy capaz de alcanzar las estrellas si me lo propongo, y esto lo puedo lograr si me doy contra algo por la cabeza, es broma, pero si sé que puedo alcanzar lugar tan lejos como me lo proponga. Y para que esto sea posible debo entender que soy tan importante como las mimas estrellas del cielo, que me tengo únicamente a mí misma y seré capaz de tener a otros junto a mí, si estoy bien conmigo, de no ser así los demás estarán tan mal o igual que yo, porque soy lo que mi aura transmite a mi al redor.

Me llevo mucho tiempo entender todo esto, y aun trabajo en ello, sin embargo, se que tome la mejor decisión al marcharme aquel día y elegirme como prioridad. Hoy más que nunca estoy segura que el universo da lo que uno necesita, pero para Adam y a mí esa ley ya no aplica.

Cada uno tomo un rumbo diferente, cada quién hizo de su vida, logrando metas y siguiendo adelante. Cada uno se dio una oportunidad en el deseo y pasión, aunque no nos haya ido del todo bien...

Hoy después de siete años regreso al lugar donde fui un universo de oscuridad, convertida en un universo de luz, y entendiendo que sin la oscuridad no existe la luz. No obstante, eso no es lo único, también dándome cuenta que jamás puede olvidarlo a él, que aún después de tanto tiempo mi corazón se acelera y amenaza con salirse de mi pecho al mirarlo y sentirlo tan cerca...

Adam.

Mi Adam.

Mi víctima.

A quién persigue como una loca por un tiempo, en busca de afecto y calor, para terminar perdidamente enamorada de él.

-¿No subirá?

Su voz ronca me devuelve a al presente.

Estoy en medio de la puerta del ascensor, estupefacta. Aun no logro asimilar que sea él, que este nuevamente frente a mi Adam.

"corre"

"no, mejor entra y deja de estorbar"

"corre hasta el departamento y escondete en el armario"

Con el tiempo también fui desarrollando esta conciencia, que la verdad no es de mucha ayuda en situaciones como estas.

-Y-o - y-o...

Mierda.

Mierda.

Perfecto, ahora me dio por tartamudear.

Él me observa con la mirada tranquila en espera de que diga o haga algo, sin embargo, me lengua se encuentra echa un lío.

¿Me reconoce?

-¿Se siente bien?

Ay señor.

Dios divino.

Esa pregunta termina de descontrolarme y como si de una loca se tratase me doy la vuelta y salgo corriendo por el extenso living del edificio, llevando a algunas personas por delante y también sus miradas.

Ella Me Persigue: ConociéndoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora