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MARIANN ARCHER.
HABÍAMOS ESTADO CONDUCIENDO por lo que parecía una eternidad. Ansiaba con ganas que llegara la próxima gasolinera donde cambiaría de lugar con mi hermano, Theo, quien parecía que competía con un caracol para ver quien era más lento.
Como cada verano, mi madre, hermano y yo nos dirigíamos desde nuestro hogar en Brooklyn a Cousins para pasar el verano con las mejores amigas de mi madre y sus hijos. Aunque ciertamente no era una gran distancia desde Nueva York, Theodore conduciendo hacia que se convirtiera en el viaje más tedioso del mundo.
—Hasta una viejita en motocicleta eléctrica podría ir más rápido que tú, ¿lo sabes, verdad? — Señale fastidiada.
— No seas tan impaciente, Anne. Además si te molesta tanto, ¿por qué no te ofreciste a conducir desde el inicio? —Contraatacó. Rodé los ojos con burla. Aunque ciertamente podría haberlo hecho, era mejor que no. Era bastante floja como para ofrecerme a conducir durante cuatro horas por iniciativa propia.
Baje la mirada a mi celular cuando la pantalla se encendió alertándome sobre un mensaje, era mi mejor amiga, -que por fortuna vivía en Cousins- Alice.
iMessage lizzey:)
hey! aún tardas mucho? muerooooo por verte mar 💓
Una sonrisa se dibuja en mis labios. Contesto el mensaje diciendo que no creo que falte demasiado, aunque a ciencia cierta no tenía ni idea de donde estaba ni cuánto faltaba para llegar.
Cuando levantó la vista veo el letrero de la gasolinera que asegura que estamos muy cerca.
¡Benditos sean Jesucristo y la Virgen de la Papaya que hicieron posible este suceso!
Theo no tarda en desviarse y detenerse. Cuando el auto por fin está estacionado, abro la puerta con desesperación y bajo de un salto a la carretera.
— ¡Haste a un lado, idiota! — chillo y corro dando un empujón a mi hermano quien acababa de bajar del auto.
Theodore levanta las manos en señal de rendición y camina hasta el asiento del copiloto, mientras yo tomó asiento en el del conductor. Enciendo la pantalla del tablero y busco rápidamente mi teléfono entre los dispositivos Bluetooth.
Automáticamente "Love Story" de Taylor Swift comienza a reproducirse en los parlantes del vehículo.
Oigo un bufido de parte de mi queridísimo hermano mayor antes de bramar: —¡Mamááááá! — mi madre suelta una risita divertida.
