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Los Ángeles, California.
Año 2010.
Jacqueline sacó las llaves del bolsillo de su campera y la colocó en la cerradura, dió un par de vueltas y esta se abrió. Entró a su casa, la cual estaba completamente oscura y silenciosa, con un aspecto tenebroso, si uno es sincero, pero no le pareció raro, así era siempre que llegaba luego de una larga y agotadora jornada de trabajo.-¿Papá? ¿Patrick? -llamó la castaña, pero nadie respondió, ni un solo sonido se escuchó dentro de las cuatro paredes.
Caminó más adentro del lugar, se acercó a una pared y prendió las luces para ver mejor. Se asustó al notar a su padre, llevándose una mano al pecho.
-Dios... -susurró para si misma, su ritmo cardíaco se había frenado por un momento.
Su padre se encontraba tirado en el sofá de la casa, con una botella de alcohol barato en la mano y los ojos cerrados, probablemente estaba profundamente dormido.
Ya era normal ver esa imágen, el hombre estaba en mal estado, con las prendas todas sucias al igual que su cabello, mugriento e impresentable. La barba desalineada, los dientes de un tono amarillento, mal olor que se desprendía de su cuerpo y durmiendo todo el día.
Así era siempre; ver a su padre en decadencia junto a su mejor amigo, el alcohol.
Soltó un largo suspiro al ver a su progenitor en ese estado y comenzó a sacarse los abrigos que traía encima, los dejó suavemente en el perchero y subió las escaleras con el fin de llegar a su habitación y poder recostarse en su cómoda cama.
Trabajar en aquel lugar la agotaba, ahí iban todos los hombres ricos, poderosos y, en su mayoría, los más exigentes.
Planeaba dormir toda la noche y todo el día siguiente, hasta que nuevamente el sol se escondiera detrás de la montaña y tuviera que, obligada por su situación, salir a trabajar.
A medida que llegaba al piso de arriba, unos extraños sonidos se comenzaban a hacer presentes y atravesaban el oído de Jacqueline. Ella frunció el ceño, confundida de aquel sonido. Llegó hasta arriba y lentamente caminó hacia la puerta de su habitación, ahora era posible reconocer aquellos ruidos, y no eran nada agradables para los oídos de la castaña.
-Por favor que no sea lo que estoy pensando... -suplicó Jack en voz baja, mientras miraba al techo y cruzaba los dedos. Abrió la puerta de su habitación y rápidamente desvío la mirada al ver a su hermano teniendo relaciones con una chica.
Así era siempre, una chica diferente cada nuevo día, y era totalmente asqueroso tener que ver esas escenas por accidente.
-¡Jacqueline! ¡Vete! -gritó su hermano, tapandose rápidamente a él y a la chica con las sábanas. La nombrada se tapó los ojos y soltó varias arcadas.
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𝐋𝐈𝐀𝐑, tom kaulitz.
Fanfiction𝐋𝐈𝐀𝐑 | ❛ No es lo que siento por ti, Jack, es lo que no siento por nadie más... ❜ Jacqueline y Patrick, luego de la muerte de su madre, se ven envueltos en varios problemas económicos. Su padre, consumido por el dolor y la melancolía, no era de...