Querido primer amor.
Hoy después de varios años, volví a recordar el como comenzamos a ser amigos.
Fue algo bastante repentino a decir verdad pero creo que no fue algo malo.Me pasé gran parte del día tratando de recordar mejor todo tipo de detalles de ese día para poder escribir esta carta.
...
Todo comenzó cuando llegué a la escuela. Cómo era costumbre, mi padre me había llevado ya que él salía a su trabajo casi a la misma hora.Entré al lugar. Atravesé los largos pasillos para poder llegar al patio de la escuela mientras esperaba a mis amigos.
No pasaron ni siquiera quince minutos cuando un par de chicas se me acercaron. Las conocía, eran de otro grupo pero solía hablar con ellas de vez en cuando.
—Hola. —Me saludó una de ellas. —¿Estás sola?
—... Hola... —dije saliendo de mi trance. —Si, estoy esperando a mis compañeros.
— Entonces nos quedaremos contigo. —Dijo la otra chica al mismo tiempo que ambas se sentaban en la banca. —Tenemos la primer clase libre así que no tenemos que hacer.
—¿Cuántas horas son? —Pregunté.
—Dos. —Dijo la chica que estaba justo a mi lado.
Su nombre era Lizbeth.La chica que estaba frente a mí, se llamaba Aracely.
—Oh. Ya veo. –Dije lo primero que se me vino a la mente.
Ellas comenzaron a charlar tranquilamente y de vez en cuando yo les respondía, estaba más concentrada en mi celular que en la conversación.
Pasaron otro par de minutos más cuando escuché que Lizbeth llamó a alguien:
—¡Ey Héctor!
Levanté la mirada.
Era Héctor, uno de los chicos populares de la escuela. Era compañero de ambas chicas así que no era para nada raro que viniera hacia nosotras.
—Hola. —Dijo con su voz serena pero seria.
Aracely lo saludó chocando sus puños.
Luego me miró a mí.
—Hola.
Lo miré, no solía hablar con él. Lo conocía si, pero era porque la mayoría de mis compañeras si no es que todas, hablaban de él todo el tiempo.
—Hey... —Dije antes de volver mi vista a mi celular. Vaya que mis amigos estaban tardando bastante en llegar.
Él se sentó junto a Aracely mientras Lizbeth le decía algunas cosas sobre sus horas libres.
Yo solo los observé en silencio y tomé mis cosas.—Ya me voy. —Dije interrumpiendo su conversación.
—¿Ya? Pero todavía no entras.
—Cierto, ni siquiera ha llegado la maestra con quién tienes clase. —Dijo Aracely mientras volteaba hacia el aula.
Las observé en silencio nuevamente mientras sacaba mis auriculares de mi mochila.
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Querido primer amor
Short StorySi te hubiera dicho lo que sentía por tí ¿El final habría sido diferente?