-¿Puedo saber por qué llegaste tan temprano? -Brown pregunto ríspidamente, viendo a Juliana arreglar las cosas que ocuparía durante el día.
La primera paciente que atendería ese día era Valentina y eso mejoraría considerablemente su día, tomando en cuanta que no la veía desde el día anterior. Su día estaba siendo horrible, pues su madrugada había estado repleta de gemidos de Kate y Alice que provenían del baño. Celebraban un mes más juntas y tal festejo hizo que Juliana apenas cerrara los ojos.
-Aún no estoy en mi horario oficial, no tengo que darte explicaciones - Juliana respondió ríspida, igual que él. Ella normalmente era una persona gentil, y esa por tal razón Brown se sorprendió por la respuesta.
-Exactamente, no tienes autorización de estar aquí fuera de tu horario. Deshaz todo y déjalo como lo encontraste. - Exigió.
-No - Respondió secamente la morena, bostezando justo después.
-Juliana, no me hagas tomar medidas drásticas.
-Brown, entro en 4 minutos. ¿Para desarreglar todo, siendo que tendré que reorganizar las cosas?
-Porque te estoy diciendo que lo hagas - Exigió, apretando sus músculos faciales.
-No puedes tratar a las personas como basura - Dijo Juliana, viendo al hombre acercase con una expresión rígida en su rostro.
-Trato a las personas como se me venga en gana - Dijo encarando a la chica - Ahora haz lo que te ordene o volveré tus siguientes meses aquí en un infierno - Juliana respiro hondo.
-¿Todo porque te dije que no tenía que darte explicaciones?
-Así aprenderás a ser menos grosera con las personas - le dijo.
-¿Grosera? - Preguntó - ¿En verdad, Brown? - indagó sintiéndose cansada y derrotada -¿Qué te hice?
-¿Cómo?
-¿Que qué te hice? - repitió con vehemencia - De los 10 alumnos que están bajo tu responsabilidad soy a la única que tratas así - Dijo - Soy la única que se queda después de la hora de salida para ayudarte a organizar todo, aunque no tenga que hacerlo y no lo hago para quedar bien contigo, sino porque me imagino lo casado que debes de estar. - Humedeció sus labios - Entonces, no sé qué es lo que te hice para que todos los días me trates como basura. - Brown rio y negó con la cabeza.
-Está bien, Juliana. Entonces, después de dejar todo en su lugar, tendrás que irme a buscar un café. - Dijo Él, recargándose tranquilamente en uno de los locker. La chica se sentó en el suelo y apoyo su rostro sobre sus piernas, inhalando profundamente - ¿No me escuchaste?
-Tú eres el que no escuchó. No estoy en mi maldito horario; llegué más temprano porque me propuse en ambientar un poco el ambiente para Valentina, entonces si quieres tu bendito café, mueve tu maldito trasero y ve a buscarlo tú mismo - Dijo irritada.
-Juliana siempre fue pacífica, siempre aceptaba todo lo que Brown le decía sin problemas, pero quizá se había cansado, el mal humor, el SPM quizá tal vez estaban haciéndose presentes al mismo tiempo. La llamada que había recibido de su madre por la mañana la había dejado sensible, no era para menos, extrañaba a su familia y eso la hizo reflexionar sobre su vida: Estaba sola.
Sus amigos eran como una pequeña segunda familia, pero casi no se veían, teniendo en cuenta que los horarios de todos eran incompatibles. Valentina y Elena ahora se incluían en eso, exactamente por eso era que había decido hacer el día más pasable para ellas dos. Habían pasado por muchas cosas y merecían ser felices.
-¿Qué está pasando contigo? - Brown preguntó sentándose a su lado. - Nunca me habías contestado así - Juliana se limpió una lágrima solitaria con su camisa sin que Brown se diera cuenta y levantó el rostro, suspirando.
-Disculpe, creo que no dormí bien - Se recompuso, haciendo un enorme silencio se apoderara del lugar.
-Creo que estás tomando muy personal todo esto de la chica - Brown se pronunció - No debes dejar que eso suceda. ¿En dónde está tu profesionalismo? - Eso fue la gota que derramó el vaso.
-¿Y en dónde estaba el suyo cuando se suponía que debía enseñarme algo? Me he pasado los últimos meses jodiéndome, estudiando el doble para poder aprobar, porque usted nunca me enseñó nada, solo me mandaba comprar café, café y más café - Dijo ella levantándose, mirando su reloj de muñeca.
-Yo...
-¡Salga de aquí! - Juliana exigió, haciendo al hombre abrir la boca, irritado, pero ella no lo dejo - Ahora es oficialmente la una de la tarde, mi turno comenzó y por consiguiente, la sesión de Valentina. Yo soy la responsable de ese caso ¿No es así? Entonces no lo quiero más como mi ayudante - Avisó - ¿Va a volver mi vida, un infierno también por eso? Oh, claro que lo hará, pero adivine que... Lo hiciste desde que puse un pie en ese bendito hospital, entonces la verdad NO ME IMPORTA.
-No me iré.
-Si lo hará - Dijo ella - ¡Salga! - Dijo con vehemencia, apuntando su dedo en dirección a la puerta - No lo quiero a usted ni a su vibra negativa cerca de alguien tan dulce como Valentina.
-¿Qué está pasando aquí? - La voz de Elena resonó en todo el lugar, haciendo que Juliana mirará hacia esa dirección. Ella empujaba la silla de ruedas de Valentina, quien miraba sonriendo a Juliana.
-Hola, mis amores. -Juliana respondió dulcemente, sintiendo su corazón instantáneamente más tranquilo - Nada, solamente que Brown ya no estará trabajando más con nosotras - Informó acercándose - ¿Cómo están?
-Ayer estudié un montón, Juls - Juliana sonrió y se agachó frente a la chica.
-Estoy tan orgullosa - La morena informó, pasando su dedo por el vértice de la nariz de Valentina - Dime una cosa, ¿Te gustan las pelotas?
-Depende. No me gusta el fútbol - Dijo ella - ¿Por qué?
-Porque hoy usaremos un balón suizo en nuestra sesión.
-¿Es tan grande como ese lugar? - Indagó Valentina haciendo a Juliana reír.
-Le llamamos así a las pelotas como las que de Kiko, pero más dura.
-¿Vamos a jugar con esas pelotas grandototas? - Los ojos de Valentina se iluminaron.
-Sí, solo estamos esperando a que el señor Brown se retire - Dijo Juliana mirando enseguida al hombre - Esta es una sesión privada.
Sin decir nada, el hombre salió bufando sin siquiera mirar atrás.
-¿Qué fue eso? -Elena indagó, riendo.
-Jamás permitiré que ustedes estén cerca de personas tóxicas - Dijo Juliana, volviendo a mirar a Valentina - Ustedes son demasiado especiales para estar aguantando a gente así - La mano de valentina lentamente tocó el rostro de Juliana, iniciando una caricia suave.
-Ese hombre es malo, ¿Verdad?
-No sabría decirlo, Val, pero su alma tal vez este un poco perdida.
-Él lastimó tu corazón, ¿Cierto? - Valentina preguntó, continuando sus caricias.
-¿Por qué piensas eso?
-Porque tus ojos no brillas tanto cuando él está cerca - respondió la rubia, pasando un mechón de cabello detrás de la oreja de Juliana - No lo quiero más aquí. Nunca más. - Dijo Valentina seriamente.
-¿Ah, sí? - Juliana preguntó sonriendo.
- Sí - Valentina afirmó - Me pediste que cuidara a la florecita - dijo tranquilamente - Y si soy capaz de cuidarla a ella, también lo soy para cuidarte a ti, Juls. Me duele el corazón cuando te veo triste - Juliana suspiró, sintiendo su corazón saltar fuertemente dentro de su pecho.
-Entonces ya no estaré triste, ¿está bien? - Valentina asintió, sonriendo genuinamente.
¡Ahhh...! Como quisiera Juliana poder ignorar la forma en que su corazón se inundaba de alegría al tener a aquel increíble ser humano frente a ella, pero era algo innegable, solo quedaba aceptar el hecho de que ella sonreía como boba con cada frase que Valentina decía.
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Esta historia NO me pertenece, es una traducción y adaptación realizada con la autorización de su autora JULIETEBS
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En un parpadeo
FanfictionValentina Carvajal tenía 6 años cuando sus padres decidieron salir de vacaciones en familia, se dirigían hacia Chicago, pero el destino fue cruel chocando contra un carro mientras se dirigían al aeropuerto. Los hermosos ojos azules se abrieron nueva...