La tarjeta magnética funcionó de maravilla y la puerta de la habitación 616 se abrió con un suave sonido. El pestillo magnético se deslizo casi silencioso y sin más pude dedicarme a descansar.
Llevaba 3 semanas fuera de casa y, aunque pueda parecer cómoda, la vida en hoteles no hace más que recordar a uno lo hermoso del hogar.
Sólo bañarse es todo un descubrimiento, generalmente el agua sale con una presión que no se consigue ni en un cuartel de bomberos, buena temperatura, o la posibilidad de regularla a tu gusto con un poco de agua fría, eso también aumenta el caudal y parece que estuvieras recibiendo un hermoso y vitalizante masaje.
Hay toallas por todos lados, jabones de sobra, shampoo y enjuague con rico perfume.
Sería perfecto, excepto por los espejos, es ahí cuando te das cuenta que el tipo de la ducha no es un héroe de acción ni tiene músculos hasta en los dedos del pie, pareciera que es otro el que se moja, en fin, además del cansancio y la distancia a la que estás, tenés que soportar el autoconocimiento.No sos Christopher Reeve, el legendario Superman, ni nada parecido a tu héroe de ficción o real preferido, así que no queda otra que aceptarse como uno es y seguir adelante.
Lo que parece una tortura se vuelve aprendizaje.Aunque pase por ridículo, eso es parte de mi personalidad, prefiero ver siempre el lado positivo de las cosas.
Como historiador, he adquirido conocimiento de eventos francamente dolorosos, y basado en eso, no encajar en un paradigma físico o social no es el mayor de los problemas que tenemos como humanos.
Me dormí con eso y vaya a saber cuántas cosas más en la cabeza, Paula, su abuelo, el público, los rechazos, mis libros, mis clases, mis alumnos, los viajes, mi infancia, mi casa...
Desperté extenuado y asustado luego de soñar que descendía al túnel de una mina abandonada, gris, y con nombres pintados en las paredes. Si hay algo a lo que temo es a estar bajo tierra. Me espanta.
La sensación se pasa rápido si me concentro en mis cosas, así que salí de la cama y encendí mi computadora sobre el escritorio, no podía haber pasado mucho en las últimas 6 o 7 horas, aun así es un buen recurso para volver a mis cabales.
Todo lo que tenía eran mayoritariamente insultos, críticas y publicidad que ya había leído en mi teléfono. Marque todos de una vez y los borre con un ridículo sabor a triunfo.
Luego de un par de vueltas, algo de noticias locales y una sesión de inútiles abdominales que jamás me acercarían a la imagen "soñada", me vestí y fui al comedor a desayunar.
Un día espléndido contrastaba con el de ayer y el sol inundó mi retina obligándome a entrecerrar los ojos por unos segundos, luego, la vista a través de los amplios ventanales del bar me mostró desde arriba lo hermoso de la ciudad.
Córdoba de la nueva Andalucía como fuera bautizada por su fundador, es una urbe de 2 millones de personas que carga con una historia de más de 400 años, una buena cantidad de edificios atestigua la herencia colonial española y me hace sentir un poco más cerca de casa.
Rodeada de montañas y sierras de singular belleza está enclavada en el centro de su país, Argentina.
Había volado cerca de diez mil kilómetros invitado por su Universidad por un convenio con la mía, debido al papel que tuviera este país y algunas ciudades, en la época de la post guerra.
Inmigrantes de todas partes de Europa, buscaron un nuevo hogar en estas tierras, trayendo con ellos, entre todas sus cosas, también su arte, lo que me hacía un sujeto idóneo a la hora de traspasar mis conocimientos respecto al tema.
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La Visita
Mystery / ThrillerEn pleno corazón del continente sud americano, un historiador encuentra una antigua obra de arte extraviada hace mas de 70 años y junto a ella, un misterio que lo llevará por los mismos senderos que algunos criminales de guerra nazi transitaron a fi...