¿Cuántos psicólogos necesitarías para dejar atrás tus penas y ser feliz?
En mi caso uno, me conformaría con saborear un corazón fresco.
Comunidad de Madrid (España); 1 de octubre de 2025
Desde que Caín me convirtió en vampira, todos los lobos se volvieron corderos. Cualquier engendro miserable que quisiera utilizarme podría morir como un cerdo más de mi ganado. Él me suplicaría piedad y yo chuparía mis dedos manchados de sangre. No podría desperdiciar ni una sola gota.
Mi estilo de vida actual parece más un campo de batalla que uno de rosas, pero tampoco me quejo. Gracias a que el gobierno del Ataúd Escarlata cubre la mayoría de nuestros gastos, puedo permitirme más lujos que un humano promedio a cambio de seguir las normas y realizar las tareas de nuestra comunidad vampírica. En el caso de mi sire y yo, somos miembros de Los Catadores de Bathory y nuestro trabajo consiste en probar sangre humana y subir nuestra reseña en JustBite. Además, si la sangre es de buena calidad podemos mandar una muestra para contribuir a la investigación de sangre artificial y así conseguir un aumento.
De hecho, esta noche vamos a por una posible fuente de sangre que, según Caín, debe ser muy exquisita. Conociendo su peculiar criterio, dudo mucho que esté en lo cierto, pero no seré yo quien arruine las ilusiones de un pobre anciano decrépito.
Cada día estoy más convencida de que el Ataúd Escarlata debería subirme el sueldo por todas las veces que he aguantado las conversaciones extrañas de mi sire, y más aún si voy conduciendo en un día lluvioso con niebla y peligro de tormenta eléctrica, tal y como estoy haciendo ahora mismo.
―Lilith, ¿no te hacen gracia los humanos? Creen que todos llevamos una capa negra y los colmillos larguísimos, que brillamos bajo la luz del sol, que nos pueden matar clavándonos una simple estaca de madera en el pecho... ¡Santa Luna! ¿¡Para qué necesitaría un ser teóricamente inmortal un corazón!? ¡Es absurdo, Lilith, absurdo! ―Caín agarra su camisa negra justo donde está su corazón podrido. Parece un actor de tragedia shakespeariana―. Pero eso no es lo peor.
Cuando mi sire termina la frase, gira la cabeza hacia mí (no sé para qué, si no me ve), como si esperara una respuesta de mi parte. El ruido del limpiaparabrisas suena como un gato que araña un plato sin parar, así que mejor me centro en la conversación para no estresarme.
―¿Y qué es peor? ―pregunto mientras aprieto el volante.
―¡Piensan que nos peleamos por ellos! ―A Caín le da un ataque de risa demencial. Creo que prefiero el limpiaparabrisas―. ¿Qué se creen? ¿Qué valen lo mismo que un Ferrari? ¡Ya les gustaría! ―Caín se retuerce sobre el asiento con la mano en el abdomen. Parece un muñeco inflable que se mueve con el viento―. Cómo se nota que estas generaciones necesitan tres guerras púnicas, una epidemia de peste negra y dos guerras mundiales para que les bajen los humos.
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Sangrenegra
HumorLilith recibe un mensaje anónimo por la noche. Se trata de un usuario que ha descubierto su secreto y le amenaza con publicarlo en Sangrenegra, una aplicación donde se leen y comparten secretos ajenos anónimamente. Su compañero Caín le dice que no...