Lo admito.
Tuve que matar el cariño que sentía por algunas personas cuando vi que no sentían lo mismo por mí.
Tuve que matar ese cariño cuando me di cuenta, que si no era yo quien los llamaba o escribía, mi celular permanecía en silencio.
Cuando me di cuenta de que no se alegraban de mis alegrías como yo me alegraba de la de ellos.
Entonces maté el cariño y también las ganas...
Asesiné también las gana de estar para personas que no estaban cuando yo las necesitaba.
Maté las ganas de correr a ayudar a personas que no eran capaces de mover un solo dedo por ayudarme a mí.
Maté la preocupación que sentía por esas personas cuando noté que yo les daba lo mismo.
Lo admito...
Maté varios sentimientos hermosos que yo tenía, lo sé.
Pero juro que fue en defensa propia.
Por qué si no los mataba yo, me iban a matar ellos a mí.
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Meses en fuego
PoetryLa portada dira que no sera interesante , pero no te dejes engañar por su portada .