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El cuerpo de Seulgi empezó a removerse al sentir unos pequeños besos en su cuello, no le dió importancia y siguió duermiendo. Pero esos inocentes besos pasaron a ser más húmedos. Okey, eso la desconcertó y eso no fue todo, abrió sus ojos rápidamente y se sentó abruptamente en la cama cuando apretaron su entrepierna.
– ¡Joohyun! ¡¿Qué ha-...
Se quedó callada al verla sentada a su lado sobre sus rodillas, sus mejillas rojas, su cabello pegado a su frente debido al sudor y las sábanas manchadas debido a su lubricante. Su aroma era mucho más fuerte y su lobo aullaba debido a eso.
– Alfa... – La llamo colocando sus manos en sus hombros, su voz era mucho más melosa y algo bajita de lo normal, su omega se había apoderado de ella completamente.
– Mierda, Hyun... – La tomó de las manos tratando de separarla pero eso solo provocó que la omega se sentará en sus muslos.
– Alfa – Repitió de forma necesitada empezando a mover sus caderas contra el miembro semi duro de Kang – Duele...
Mierda, con Joohyun en ese estado no podía convencerla de usar un juguete, su omega la reclamaba a ella, Seungwan se lo advirtió. Maldición, no quería hacer nada con la mayor así, pero no quedaba de otra.
– ¿Qué te duele? – Pregunta reprimiendo un gruñido cuando Bae se movió de forma circular sobre ella.
La omega tomo su mano y la guío hasta su vulva, estaba húmeda y caliente bajo su palma, con su mirada fija en esa zona comenzó a mover sus dedos ganándose pequeños gemidos agudos, relamió sus labios y levanto la vista. Joohyun tenía los ojos cerrados y su cabeza tirada levemente hacia atrás, la acercó más y aprovecho para besar su cuello, además de quitar la ropa de la omega para liberar su coño.
A medida que movía sus dedos, masturbandola, la omega se removia sobre su regazo justo en su erección, sus encías picaban por enterrar sus colmillos en la suave piel de su cuello, pero tenía que controlarse y solo se limitaba a marcarla con chupones.
La omega la tomó de las mejillas separándola de su cuello, pero antes de poder reclamarle junto sus labios, beso que la pelinegra dominó, metiendo su lengua en la boca de la alfa y mordiendo sus carnosos labios de forma juguetona. Diablos, Joohyun besaba malditamente bien, el orgasmo las golpeó a ambas viniéndose al mismo tiempo, Seulgi manchando su ropa interior y la omega en su mano.
La alfa gruño levemente cuando la omega clavó sus pequeños colmillos en su cuello, no la marcó como tal, sin crear un lazo, pues los apoyó por segundos dejando una marca algo dolorosa que se iría en unos días.
– Mía.
Seulgi río y asintió con una pequeña mueca de dolor – Toda tuya, cosita.
– Baño – Balbuceó pinchando su pecho con su dedo – Juntas.
Nadie podía negarse a Bae Joohyun.
Ya en el baño, la omega esperaba, ya desnuda, a qué la alfa termine de llenar la tina. A diferencia de Bae, Seulgi seguía con su pantalón y ropa interior, no tenía nada tapando su torso y eso le daba una buena vista a la pelinegra, la alfa tenía buen cuerpo, algo marcado, cuerpo que derretiría a cualquiera, la omega se sentía orgullosa ya que solo ella podía admirarlo.
Seulgi se sentía algo nerviosa, ella ya vio a la omega muchas veces desnuda debido a los baños que tenía que hacerle pero la menor nunca la vio sin nada. Lo máximo que había visto la omega después de años de amistad, no fue más que su torso o sus piernas cuando usaba pantalones cortos.
Se miró al espejo e hizo una ligera mueca al ver los dientes de Joohyun marcados en su cuello.
Los omegas podían marcar a los alfas tal como lo hacian ellos, creando un lazo, pero su marca no era para siempre como la de los alfas, estás iban desapareciendo a los meses, por lo tanto, habían que volver a hacerse. No era como las marcas que Bae le hacía a ella, estás no creaban un lazo y desaparecían a los días.
Antes de irse al baño hablo con Seungwan y le explicó la situación, sin entrar en detalles, y está le mencionó que la omega iba a sufrir calores y eso le generaba tener algún encuentro íntimo. Lo que significa que tiene que prepararse mentalmente.
Suspirando se deshizo de la ropa que le quedaba y se metió en el agua sintiendo como sus músculos se relajaban de apoco.
– Ven, cosita.
La omega camino hasta ella y se metió en la tina apoyando su espalda en el pecho de la alfa, la castaña paso sus manos sobre el estómago de Bae y las dejó ahí moviendo su dedo pulgar levemente dando pequeñas caricias, todo se sentía tan correcto en ese momento.
Sintió como Joohyun se removia sobre su pecho y bajo la mirada encontrándose con la de ésta, la omega sonrió y se acercó para dejarle un dulce besito en los labios. Tan linda.
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Seulgi sentía que iba a perder la cabeza, le había dado los supresores a Joohyun pero parecía que ya no funcionaban, el aroma no descendía y la omega estaba mucho más cariñosa además de ansiosa por tener intimidad, hace unos minutos estaban viendo televisión tranquilamente, pero la omega empezó a besar el cuello de la alfa y en un abrir y cerrar de ojos tenía a la pelinegra debajo de ella gimiendo mientras le practicaba sexo oral.
Si le hubiesen dicho hace meses atrás que estaría en esa situación con su mejor amiga sin duda se habría reído a más no poder porque "No le gustaba Joohyun y jamás haría algo así con ella". Qué ironía.
Su lobo aullaba por los gemidos de la omega, quería marcarla de todas las formas posibles, complacerla y hacerle tener los mejores orgasmos de su vida. No quería que use esos juguetes, ella quería hacerla sentir bien porque era su omega y era su deber como su alfa.
Se levantó relamiéndose los labios, quitando el rastro de algún fluido sobre sus belfos, la omega tenía la respiración agitada y sus mejillas rojas, tierno. Le acomodo la ropa y fue hasta el baño para cepillarse los dientes, al volver la omega tiró de su mano para acostarla en el sillón y se puso sobre ella apoyando su cabeza en su pecho, frotando su mejilla contra ésta como si fuese un gatito.
– Siesta.
Seulgi sonrió y comenzó a acariciarle el cabello con delicadeza, a los pocos minutos sintió la respiración de Joohyun era más tranquila demostrando que se durmió sobre su pecho, trato de seguir viendo la película, era bastante atrayente, pero ver a la menor dormir lo era más, ver cómo su mejilla se abultaba por estar apoyada en su pecho, sus lindos labios entreabiertos y escuchar muy levemente unos pequeños ronquidos.
– Eres tan hermosa – Murmura acariciando su mejilla.
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