Fate/kaleid liner LUPIN☆SHIROU

Capítulo 5

Shirou Emiya se sintió enfermo.

Ese había sido su estado principal desde la revelación de Emerald sobre otra tarjeta de clase en su escuela .

De todos los lugares para aparecer, tenía que ser allí, tan peligrosamente cerca de sus amigos y compañeros de clase. Bueno, no era como si hubiera comenzado esto por alguna otra razón, pero estaba demasiado asustado para siquiera imaginar el gran daño de lo que hubiera pasado si nunca hubiera encontrado a Emerald y se hubiera convertido en Lupin Emerald.

Esperar y prepararse había sido fácil, especialmente porque había dejado que Sella se encargara de las tareas del día en lugar de prepararse para su excursión de medianoche. El verdadero problema había sido Leysritt, que se había dado cuenta de lo que Sella había sido demasiado presumido para ver.

"¿Paso algo?" preguntó Leysritt después de arrinconarlo en el pasillo mientras Sella lavaba los platos. "Estás tenso".

"... Voy a salir más tarde esta noche." Shirou respondió, mezclando algo de verdad en su excusa. "Hay algo en la escuela que debo arreglar y me he estado sintiendo un poco inquieto ante la idea de dejarlo para más tarde".

Leysritt inclinó la cabeza. "¿Por qué es importante?"

"Lo es." Shirou subrayó con una sonrisa irónica. "Incluso podría escabullirme más tarde para encargarme de eso".

"Debe ser muy importante". Leysritt tarareó con los brazos cruzados levantando su busto. "No eres tan problemático como siempre dice Sella".

"Sí, por eso te lo hago saber como nuestro guardaespaldas familiar". Shirō respondió. "Simplemente no reaccione de forma exagerada cuando nuestra puerta se usa en medio de la noche".

Leysritt tarareó un poco más antes de encogerse de hombros. Shirou suspiró aliviado, solo para ponerse rígido cuando dio un paso adelante y se presionó contra él. "¿Quieres soltar un poco de estrés?"

NDT: ALERTA DE LEMMON!!!

Por un instante, Shirou quiso negarse. No estaba seguro de qué había comenzado con Sakura, pero todavía se sentía como si se hubieran vuelto mucho más cercanos de lo que habían sido antes. Por otro lado, realmente no había ninguna razón legítima por la que tuviera que negarse...

Al final, bajo el argumento de que realmente quería desestresarse antes de su próxima pelea con un Servant garantizado para ser más fuerte que Assassin, Shirou arrastró a un Leysritt obediente con él al armario más cercano. "Date la vuelta y agáchate. Pantalones cortos".

Dándole a Shirou una pequeña pero ansiosa sonrisa, Leysritt hizo lo que le dijo, disfrutando de su comportamiento autoritario y empujando su trasero expuesto hacia él. Es una oferta muy clara que Shirou normalmente aceptaría... pero no tan pronto.

Cayendo de rodillas, Shirou agarró sus pálidos muslos y los separó, apreciando la sensación de los músculos delgados escondidos debajo de la suave carne femenina antes de que su lengua se deslizara dentro de ella desde atrás.

Leysritt se sobresaltó por la acción, mordiéndose el labio para permanecer callada. Después de todo, ni Illya ni Sella escucharían los ruidos. Pero aun así, Shirou fue implacable en su asalto oral mientras se deleitaba con los pequeños chillidos que seguía recibiendo de la chica generalmente compuesta. Muy pronto, un empujón particularmente profundo de su lengua le valió un flujo de néctar en su boca mientras Leysritt montaba sus caderas en su clímax.

Ahora, cuando estaba casi desplomada contra la pared, Shirou liberó su polla de sus pantalones y finalmente se enterró en sus acogedoras profundidades. Meciendo su pelvis contra el cojín de bienvenida que era su trasero, Shirou agarró las caderas de Leysritt con fuerza mientras lentamente la volvía a tomar conciencia. Al notar que era la primera vez que la follaba desde que Emerald empujó mágicamente una miríada de conocimientos de artes marciales directamente en su cuerpo, Shirou sintió que su control sobre su cuerpo era mucho mejor que nunca antes de llevar a Leysritt a otro orgasmo sin correrse él mismo, una mano a la deriva debajo de su parte superior para tocar su pecho mientras la otra empujaba un dedo dentro de su boca jadeante.