Tiempo, eso era todo lo que el necesitaba, lo que el había pedido, entonces solo había asentido y lo había visto irse del lugar. Luego de toda la verdad, luego de que dije todo finalmente y que lo único que necesitaba era tenerlo allí a mi lado el había decidido que necesitaba tiempo, y yo había aceptado sin siquiera pensarlo dos veces, sin siquiera saber cuanto tiempo el iba a tomar.
Había pasado un mes completo desde aquel día, desde el día en que el se fue del lugar dejándome en el estacionamiento fuera del bar entre lágrimas, había renunciado aquel día al bar, sin importar mis deudas yo me había ido del lugar había vuelto a casa y simplemente había llorado tanto como podía. Treinta días enviando mensajes y llamadas que jamás fueron contestados siquiera vistos. Tres o quizá cuatro semanas sin dejar de llorar cada noche luego de cada entrevista de trabajo.
Cuando el segundo mes se cumplió yo había empezado a aceptar las cosas, Navidad se acercaba y yo había conseguido trabajo, la pequeña galería de arte. Recuerdo mis manos temblaban tanto como la chica frente a mi, se que ella podía verme temblar tanto como yo podía ver sus piernas moverse con ansiedad, ambas habíamos empezado a reír como pequeñas niñas, entonces Calla había explicado que jamás había entrevistado a alguien y que recientemente había terminado la escuela de arte, su padre como regalo de graduación le había regalado un lugar para que entonces ella formará una pequeña galeria, ella iba a necesita mucha ayuda, ambas habíamos estado hablando por horas sin siquiera notarlo, justo antes de irme Calla había gritado que el trabajo era mío, yo sería su ayudante.
Tres meses, mi vida definitivamente había cambiado,nuevo trabajo, nuevo apartamento, nueva amiga. Bajo las escaleras colocando las llaves de mi departamento en mi bolso, el frío ha llegado nuevamente a Múnich, abrocho mi sobretodo cubriendo la falda lápiz color negra bajo este junto a la delicada camisa de color blanco, tacones y mi cartera llena de papeleo de la galería, la inauguración había sido todo un éxito esta se había vuelto realmente recurrente entre turistas y también entre los lugareños. Entro en el taxi y cierro la puerta un tanto rápido intentando que el frío salga de mi cuerpo.
Hola Rajish- sonrío mientras el conductor me lanza una mirada contenta, tomo el bowl de mi bolso y lo coloco a su lado- tus galletas.
Gracias - dice mientras echa una sonrisa - ¿mismo lugar?- dice y yo asiento mientras el come una galleta- ¿nueva receta? - pregunta y yo río un poco.
Creo estoy mejorando- respondo y el asiente mientras mastica un poco mas. Rajish era uno de los mejores taxistas, había aceptado llevarme y recogerme al bar, a cambio yo cocinaba galletas y llevaba comida para el. Cuando cambié mi trabajo Rajish había celebrado tanto como yo, había comprado una rosa para mi y había sonreído todo el camino a la galería y cuando finalmente mi trabajo había acabado Rajish me había llevado a casa con la misma sonrisa. Supongo algunas personas llegan a nuestras vidas para quedarse y ayudarnos. Los padres de Rajish habían muerto luego de un accidente de autos, el había quedado atrapado en Alemania, al volver a su país se había casado, su esposa era tan infeliz que el había decidido volver a la casa de sus padres aquí en Alemania. Rajish sabia mi historia y yo sabia la suya. El auto se detiene yo coloco el bolso de vuelta en mis manos mientras coloco algo de dinero en las manos de rajish.
Espera- grita Rajish cuando abro la puerta lo que me hace cerrarla- ese auto detrás de nosotros ha estado siguiéndonos desde tu casa- ¿hamburguesa y papas?
Hamburguesa y papas serán- respondo sonriendo y bajando del auto- te veré esta noche rajish.
Bajo del auto volviendo al frío, camino un poco más rápido para llegar a la galería haciendo que las puertas rodantes se abran, calla sonríe desde el centro del lugar- buenas noticias- dice mientras me acerco a ella dejando algunas cosas en el escritorio- he decidido promoverte y ahora estarás encargada de las ventas.