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¿Infancia? ¿existe tal cosa como los recuerdos de la niñez?

Las personas dicen recordar lo que estaban haciendo a los 8 años, incluso algunos dicen recordar sus 4 años a la perfección, pero recordar era un lujo para T/n Reed con la corta edad de once años, ya había perdido todos los recuerdos antes de cumplir los nueve años de edad.
No era algo de lo que hablara con su padre, este casi nunca se encontraba en la casa y cuando si lo estaba, la palabra "escasa" era demasiado para describir la comunicación entre el padre y la hija, la palabra correcta para utilizar sería -Nula-

Si la joven Reed llegaba a ver a su padre era porque el señor Osian Reed había tenido el descuido de llegar más temprano a casa, pero incluso así, el señor Reed se dirigía directamente a su estudio y no mostraba su cara fuera de él ni un segundo, lo cual era una lástima ya qué esta era bastante grata de apreciar, la familia Reed mantuvo su linaje de sangres puras todo este tiempo, se sentían orgullosos de ello, por lo que siempre fueron vanidosos, el señor Reed tiene una tez tan blanca y brillante como un farol alumbrando las oscuras calles en Londres, un cabello rubio cenizo que llegaba hasta la espalda alta del elegante hombre, siempre vistiendo colores negros y oscuros, lo cual hacia resaltar su tez pálida.

La pequeña Reed se llegaba a sentir como una intrusa en la casa puesto que padre e hija no eran muy parecidos estéticamente, por lo que la pequeña niña se sentía que era una invitada en la casa de un mago muy influyente.

En cuanto a la madre, la pequeña nunca la conoció, no sabe si alguna vez habló con ella puesto que no tiene memoria de su niñez y no puede preguntarle a su padre sobre ella ya que aquel mago parecía odiar a esa pequeña criatura que caminaba por los pasillos viendo retratos de un joven mago Reed y elfos domésticos que se encargaban de la casa y comida.

El día que la joven Reed recibió su carta para asistir a la escuela Howgarts de magia y hechicería, sintió tanta emoción y orgullo de si misma, estaba anciosa de al fin hacer algo que no fuera leer los libros de la biblioteca, caminar por los pasillos y jugar en la escoba ella sola. Por lo que fue llevada por un elfo doméstico llamado Rufus al callejón Diagon tan pronto como recibió la carta.

Rufus era su elfo doméstico, específicamente de la pequeña para que le sirviera en todo lo que ella necesitara, por lo que este era el elfo con más alto rango entre los elfos de la casa, la niña pedía algo y el mandaba a un elfo a dárselo, puesto que esté de lo único que debía ocuparse era de que la niña no muriera.

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El día había llegado, era momento de abordar el expreso de Howgarts y como era de esperarse, su padre no la acompañó para despedirla, quien si estaba era Rufus, llevaba las maletas de la joven junto con la Lechuza: Nim, la joven llevaba a su nuevo gato: Kite, era muy pequeño y enojón por lo que lo llevaba en una pequeña bolsa.

-Rufus sube las cosas al tren.
-Si señorita Reed

Después de escoger el vagón que estuviera vacío y dejar ahí sus cosas y animales, T/n se sentía humillada, todos iban con sus familias, padres y madres despidiéndose de ellos ¿y ella? A ella la había llevado un elfo doméstico, incluso los Weasley llevaron a sus hijos, deseaba que nadie la hubiera visto.

-Vete ya Rufus, antes de que me humilles más.
-Si señorita Reed, lo siento.

El elfo doméstico desapareció y la chica quedó completamente sola, se sentó y sacó a su nuevo gato, la mordió al principio, lo cual la hizo enojar, pero no iba a dejar que un gato le ganará, por lo que lo tranquilizó y se quedó en silencio por un buen rato, hasta que alguien llegó a su camarote preguntando si podía sentarse ahí.

-¿Cuál es tu nombre? -Preguntó Reed
-Lavander Brown

La chica con el gato en el regazo asintió ligeramente con la cabeza y continuó con la lectura de su libro de posiones.

F**ck off Draco Malfoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora