Capítulo 3.

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"Hoy es un nuevo amanecer, estoy más feliz que ayer." -Pablo Grey.
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Mientras los días pasaban Miguel y yo solíamos tener más encuentros, esto ya era raro, me estaba enamorando, es duro admitir que estoy sintiendo cosas que no pensé que sentiría jamás.

Aún no descubro si el siente lo mismo por mí, pero no me preocupo soy Pablo Grey cualquiera se enamoraria de mí, soy sensual nivel Díos y rico nivel... Ni siquiera tiene nombre, soy millo. Pero aún así creo que me ve como un amigo, y no me gusta así que eso lo cambiaré hoy, ya que quedamos en salir como "amigos" le dije que me esperara en agua salud en el puesto de perros calientes a las tres pm, para el usaré algo bien, una camisa sencillas con pantalones ajustados que realce mi trasero. No me tarde mucho arreglandome ya estaba fabuloso salí de mi casa a las 2:59 temprano, en camino me tomé un jugo de naranja, al llegar lo vi con una camisa verde, unos pantalones azules y zapatos deportivos esté tipo como que le quería hacer la competencia al arcoiris, o no se.

-¡Hola Miguel! -Dije ya estando cerca.

-Hola. -Me abrazó.

-Hueles bien. -Sonreí.

-Gracias. -Dijo frío.

-¿Qué te pasa rrridículo? A mi ni me hables así de feo. -Cruce mis brazos.

-Ayer me dejaste excitado y te fuiste como si nada.

-Pfff, vámonos. -Lo jale del brazo.

No subimos al metro, unos minutos después ya estábamos en el centro comercial, comimos y luego subimos a ver una película.
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-¡Miguel siéntate! -Susurre ya estando dentro de la sala de cine.

-Esta todo oscuro, no veo.

-Estoy aquí sentado, dame la mano. -Logré tomar su mano y sentarlo a mi lado, que niño tan complicado.

Pasó ya unos treinta minutos está película estaba bien chimba, gaste la plata innecesariamente.

Puse mi mano en la pierna de Miguel, inmediatamente tembló, la subí lentamente hasta llegar a su pene, cuándo el colocó su mano sobre la mía quitandola.

-No se si estoy listo para esto, ni siquiera se si soy gay o bisexual. -Dijo en un susurro.

-Tranquilo papi, yo te voy a enseñar que es bueno. -Susurre.

Me acerqué a él hasta llegar a unos centímetros de sus labios, luego el se acercó y ya así logrando un beso, sus labios eran suaves y completamente delgados sabía a chocolate pero eso no me detuvo. Ya luego nuestras lenguas luchaban para tener el control, aquel beso se hizo largo, al terminarlo toda la película estuvo lleno de besos cortos y manoseos.

50 Sombras de Pablo Grey.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora