capitulo 1

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El mayor miedo de la gente de rosario eran los narcotraficantes, mayormente los padres de hijos Omegas.

Sabían cómo aquellos alfas tenían una fascinado por los Omegas jóvenes, sea hombre o mujer si un narco le ponía el ojo a uno de los Omegas, . Él si o si lo va a obtener. Sea o no lo que el Omega deseé.

Ese era el mayor miedo del padre de Lionel al enterarse del Sub-Género de su hijo, ver cómo crecía y se desarrollaba como una bella flor, pero con ello vino las consecuencias, ver cómo más de un alfa se le acercaba con intenciones para nada sanas, lo hizo ser alguien sobre protector.

-Lionel -llamo en el hombre mayor con preocupación

-¿Sí, papá?

-Prométeme que tú nunca caerás en la tentación de esos alfas.

-Lo prometo

Lionel Messi un omega simpático y tímido, hermoso a los ojos de algunos, su personalidad tímida y linda, su cuerpo bien desarrollado por su lado omega, lo hacían ser como una joya para los alfas

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Lionel Messi un omega simpático y tímido, hermoso a los ojos de algunos, su personalidad tímida y linda, su cuerpo bien desarrollado por su lado omega, lo hacían ser como una joya para los alfas. Una joya que nadie ha podido robar y que a palabras de su padre nunca lo harán.

A sus diecisiete años lío añoraba más que nada, poder tener un romance adolescente como el de las películas, un sueño muy cliché para sus amigos.

Un sueño lejano ante sus ojos, tomando en cuenta la sobre protector de su padre y el lugar donde vivía. Amaba más que nada a su papá, pero a veces era demasiada protección para él.

Lío no era tonto, sabía a qué se debía la gran sobre protección de su progenitor, sabía que su padre no quería que le pasaron lo mismo que Neymar, pero aun así se hacía preguntar así mismo.

¿Algún día podría encontrar a un alfa guapo con el cual tener su romance adolescente?

No todos los alfas podían ser malos como los hacía ver su padre. ¿Cierto?

Lío se recostó con aburrimiento sobre el mostrador, viendo a lo lejos algunos chicos de su barrio jugar fútbol, un deporte que amaba, pero por la culpa de su casta no podía jugar

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Lío se recostó con aburrimiento sobre el mostrador, viendo a lo lejos algunos chicos de su barrio jugar fútbol, un deporte que amaba, pero por la culpa de su casta no podía jugar.

Mi Rey  | Mechoa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora