Caminando por el jardín de la iglesia, veo como de la nada comienza a correr y se esconde detrás de uno de los árboles más grandes sin parar de sonreír. Esa sonrisa. Salgo a paso rápido para poder alcanzarla y encontrarla como ella me está invitando a hacerlo, cuando la sorprendo del otro lado de manera sigilosa y se asusta. Te encontré, le decía con un tono cómplice. Ella volvió a sonreír, toma mi cara con ambas manos y acaricia mis mejillas con delicadeza. Me encontraste, susurra dulcemente mientras no aparta sus ojos de mí. En un segundo veo como sus labios se acercan lentamente y trago saliva de forma ruidosa. ¿Qué va a hacer?, pienso confundido. Sus rojos labios rozan los míos y se vuelven un beso cálido, delicioso y la sangre me recorre el cuerpo de pies a cabeza como torbellino.
SeokJin despierta exaltado de su sueño con el rostro pálido, el cuerpo sudado y la respiración agitada. Cuando logra recuperar el aliento, mira hacía los pies de su cama y su cara se paraliza logrando que sus ojos se abra de par en par. No puede ser otra vez, dice en voz alta con tono irritable. Su enojo no sólo lo toma por sorpresa sino que también lo aturde por un instante, después de ver como el bulto entre sus piernas volvió a aparecer y de manera inevitable. Se levantó ofuscado, tomó su bata y caminó hasta la ducha para poder liberarse de su inesperada aparición. Una ducha me hará bastante bien, eso funcionó la vez anterior, se dijo para sí mismo.
Luego de terminar con los labores de limpieza tanto del dormitorio como de la oficina parroquial, Jin se fue hasta el altar para poder orar y lograr encontrar la tranquilidad que necesitaba en ese momento donde, seguía sin entender lo que le estaba pasando y por qué no quería dejar de sentirlo.
- ¿Está todo bien querido Jin? - Preguntó afable el padre Eun-Soo mientras se sentó a su lado.
- Padre... - Jin saltó de un brinco - Me asustó. Esta todo bien, sólo estaba orando, padre.
- Ayer no me dijiste como te fue con Suni, ¿Ya arreglaron todo para la catequesis? - Sonrió.
- Emm... - SeokJin se removió en su lugar un tanto incómodo, aclaró su garganta, tomó un respiro y continuó - Dejamos todo listo padre, la verdad es que no fue muy difícil ya que, como usted dijo, ella ya tenía experiencia en esto y tenía todo organizado en su mente. - Sonrió tímidamente - Yo sólo seré apoyo en este caso, ella será quién haga las clases de catecismo a los niños. - Se levantó de la banca y con la mirada perdida en uno de los ventanales de la iglesia, se atrevió a preguntar. - Padre... - Se rascó la mejilla disimulando el nerviosismo - Suni es una chica muy agradable, se ve que es una excelente persona y siempre tiene una actitud feliz aunque tímida y discreta.
- Así es hijo, ella es una niña adorable en verdad - Sonrió abiertamente el padre Eun-Soo.
- Me di cuenta de eso y la verdad siendo una chica así de maravillosa, debe tener múltiples virtudes y... - Se mojó los labios y titubeó - Un novio, ¿No? - Ay no, que acabo de preguntar.
- ¿Un novio? - Repitió - ¿Por qué preguntas algo así? - Su mirada inquisitiva se posicionó en SeokJin de manera que este se palideció después de caer en cuenta que la pregunta no había sido correcta - La verdad no es un tema que a mi o a ti nos competa. Bastante extraña tu pregunta, hijo.
- Planteé muy mal la pregunta, padre - Respondió intentando disimular - Lo que quería decir es que ella es una chica que muy amablemente se ofreció a ayudarnos en la iglesia con las clases de catecismo y usted mismo me ha comentado que tiene una vida intensa para su corta edad, lo que me hace pensar que si es un ser lleno de luz, nuestro señor debería brindarle un hombre que le entregue lo mismo que ella da a los demás - Por un instante le dio la espalda al padre Eun-Soo para apretar los labios en signo de vergüenza y volver a mirarlo con fingida tranquilidad - Dar y recibir, ¿No, padre?. Además sería bueno saber si ella tiene otras responsabilidades afectivas en su vida personal, ya que podríamos estar abusando de su buena voluntad y no lo sabemos. - La mirada de SeokJin se volvió de póker y levantó una ceja.
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Herejía (18+) - Kim SeokJin
FanfictionSeokJin es un joven sacerdote quién es asignado a la iglesia histórica Yakhyeon para ayudar al padre Eun Soo, antes de su retiro definitivo. Todo marcha bien hasta que conoce a Suni, una ferviente chica devota que lo hace dudar de sus votos sacerdo...