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algo estresada me tiré a la cama, el proyecto no me salía, tenia hambre, sueño y ganas de llorar, todo al mismo tiempo
Canela se acercó y se subió como pudo acostandose a mi lado mirandome, incluso ella veía mi malhumor
pero obviamente esto no era solo por eso, hace poco estábamos hablando con Rodrigo de un tema sin mucha importancia y de pronto le picó el bicho de los celos, empezó a decir que uno de mis amigos me tenia ganas y no se qué
me enojé mucho y me fui, necesitaba estar sola porque habia odiado su reacción
alguien tocó mi puerta asi que me vi en la obligación de levantarme y ver quién interrumpía mi estres
— Flor... hablemos, por favor
se veía mal, arrepentido
lo dejé pasar y nos sentamos en mi sillon
— perdón, no tuve que actuar ni reaccionar así. De verdad este pibe me da mucha inseguridad, pero no te voy a pedir que te alejes de él ni nada, es tu vida y yo no tengo control sobre ella —tomó mi mano— Asi que por favor perdoname
— te perdono. Y reconozco que también estuve mal al irme sin escucharte lo suficiente, tendría que haber interrogado un poco mas —sonreí de boca cerrada— Voy a cambiar ciertas actitudes con él, te lo prometo
besé su mejilla y me atrapó en un abrazo
— gracias por haber aceptado hablar conmigo —murmuró
— hablar es lo mínimo que puedo hacer, después de todo la relación funciona con el diálogo, y más cosas obviamente —me acomodé sentandome en sus piernas quedando enfrentados
— tenes toda la razón Flor, siempre tan inteligentuda vos —acomodó mi cabello— Qué estabas haciendo? Ademas de sufrir por mi ausencia —tomó mi cintura delicadamente
— estresada, tengo un proyecto y cero creatividad —suspiré
— respira, salgamos un rato y después cuando vuelvas seguis pensando. Podemos llevar a Canela —sugirió
— no me vendría mal, querés ir buscando la pechera de la perra mientras me cambio?
— no —sonrió
se acercó y me dió un corto beso antes de que me levante y me vaya a cambiar de outfit, ya que seguía en pijama
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justo dando ese paseo nos encontramos a Marcos, persona de la cuál Rodri se siente inseguro y mi amigo. Obviamente nos vió y se acercó a saludarme con un beso en la mejilla y a Rodri con la mano
— qué andan haciendo por acá? paseando a Canelita? —se agachó a saludarla
— si, me quería despejar para recargar baterias
— cheto. Yo ando haciendo ejercicio, trotando un rato —se enderezó— Flor, cerra los ojos, tenes algo ahí
se acercó peligrosamente y trató de tocar mi rostro pero no lo deje
— no te hagas drama, se sale solo —me excusé y cambié de tema— Esta bueno eso de salir a hacer ejercicio
— si, hay que estar fuerte
note su, para nada disimulada, mirada bajar desde mi rostro hasta mis tetas y volver a subir
creo que ya entendí lo que Rodri quiso decir
— nos vamos, suerte eh —intenté despedirme
— eu, no queres venir? dejamos a tu perra con tu amigo. Podemos ir a comer algo los dos si queres linda
amaba ese apodo cuando lo usaba mi novio pero dicho desde su boca no era lo mismo
— no gracias Marcos
— ah dale Flo
tomó mi brazo delicadamente pero Rodri con un movimiento brusco lo alejó. Ambos quedamos sorprendidos ante su acción
— te dijo que no —se cruzó de brazos— no tiene ganas de irse con un mogolico como vos
— bue, no te estoy faltando el respeto, hablame bien chichon de piso. Además estoy hablando con ella —contraatacó
— a mi si me hablas bien porque sos un cagón pero ojo con como la tratas a ella pedazo de forro. Gracias al cielo es lo suficientemente inteligente como para no irse con vos
— bue, tan de rogar iba a ser tu amiga, se lo pierde ella no yo —soltó
— quien mierda te crees camión de leche? —dije ahora yo— no me pierdo nada, tengo novio y, ni aunque me paguen, iría con alguien más. Mucho menos con alguien como vos gordo asesino de ravioles —tomé la mano de Rodrigo y le dí un leve apretón para irnos
— que no me entere que andas jodiendo, pajero —dijo mi novio mientras nos ibamos alejando con Canela en brazos
cuando estuvimos lo suficientemente lejos lo escuché reirse
— de ese nabo sentía inseguridad yo? —rió levemente contagiandome su risa
me hizo frenar y besó mi frente
— te le paraste de manos eh! no cualquiera hace eso. Te mereces un premio
— qué cosa? mostrame
— acá en el medio de la ciudad? o sea, yo no tengo problema pero no conviene mucho —dijo algo bajito
— que... ay Ezequiel! —lo empujé despacio haciendo que ría nuevamente
— vamos al depto dale, no me quiero cruzar otro nabo —entrelazó nuestras manos
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