En mi mundo todo era sencillamente miserable, en la escuela no tenia amigos, en casa misnpadres no me ponían caso y mis hermanos, bueno ellos eran un poco divertidos. Pero a veces necesitaba algo más que solo eso, era como una mancha en una camiseta blanca y no me sentía a gusto con mi vida.
Solo salia entre veces por que al ser tan anti-social no tenia con quien charlar o salir a algún sitio y solo me quedaba en casa, viendo tv o solo revisando las redes sociales.
Mis padres decidieron mudarse, a otro estado me sentía tan inútil por que además de que aquí nadie me habla imagínate un lugar nuevo, seria algo muy difícil, pero nada era necesario.
Fui a la escuela como de costumbre, abrí mi casillero y recogí mis materiales y fui caminando lentamente por el pasillo al aula 305 donde me tocaba geografía con la maestra Thunderford era una persona encantadora y sobre todo mi maestra favorita con ella solía conversar en los recesos de la escuela.
Entre al aula y torpemente me caí delante de todos los compañeros de clases, hubo un maldito minuto de silencio, pero al ponerme de pie comenzó a escuchar sus carcajadas malévolas, me sentía tan estúpida ¿por que todo me pasa a mi? ¿por que?.
Sonó el timbre y ya era fin de semana estaba tan triste era la ultima vez que asistiría a esa escuela y era algo decepcionante por que tendría que comenzar de nuevo.
Llegue a casa y al entrar estaba vacía todo ya estaba empacado, mi madre me paso unas cajas para que pusiera mis cosas, comencé a hacerlo no me quedaba de otra y mientras lo hacia las lágrimas salían de mis ojos era la casa donde había vivido por años. Sentí unos pasos caminar detras de mi era mi hermanito Jack, me preguntaba por que lloraba, solo seque mis lágrimas y le dije que no pasaba nada.
Llegó el camión de las mudanzas, le di un ultimo adiós a la casa que me vio crecer y subí al auto, me puse mis audífonos y subi la música lo mas alto posible para olvidarme del momento. Era un viaje de 2 horas y medias algo tenia que hacer durante ese trayecto así que decidí dormirme.
Luego de eso pude escuchar a Jack y a Kelvin decir ¡AL FIN LLEGAMOS! Ellos estaban emocionados, y yo, bueno yo era de lo mas normal.
Al salir del auto pude notar que la casa era increíblemente grande, eso me gustaba y al salir al patio trasero tenia una hermosa piscina y jacuzzi, eso era un poquito bueno.
Después de organizar todo decidí salir a pasear a un parque cercano a la casa que dijo mi madre que había, salí y al hacerlo me pude dar cuenta que en frente de mi casa vivía un chico lindo, lindo no HERMOSO ese cabello castaño sus ojos color miel y su abdomen me hicieron la noche, pero el nunca se fijaría en mi, por que solo de mirarme me daba asco mis frenos y lentes dañaban todo, pero al verlo salir mi aire se detuvo, y al verlo caminar hacia mi casi muero...