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mis ojos comenzaron a abrirse lentamente, podía sentir ya en mi cuerpo el gran cansancio que no había desaparecido por más que haya dormido y el dolor de cabeza punsante, estaba con resaca y odiaba aquello.
mire alrededor hasta reconocer que estaba en la habitación de lara, estaba pactado que me iba a quedar, tan solo que no recordaba haber llegado sola a la habitación ni haberme cambiado en la cómoda remera larga que estaba usando. después de mi encuentro con valentín en la cocina todo se volvió borroso.
sali arrastrando los pies, sin fuerzas para si quiera vivir, y abri la puera con la sola idea en la cabeza de encontrar a lara, quien probablemente ya estaba despierta limpiando todo.
lo que no me esperaba era encontrar del otro lado, justo saliendo del baño y aún con cara de dormido, aquella que extrañaba observar por las mañanas, a valentín.
– ¿qué haces vos acá? – pregunté mirandolo extrañada, una cosa era verlo en el cumpleaños de lara, otra muy distinta era cruzármelo inesperadamente en el pasillo de la casa de nuestra mejor amiga, no estaba preparada psicológicamente para esto
– buenos días para vos también hermosa – respondió apoyandose en el marco de la puerta del baño, lo odiaba por ser tan lindo, revolucionaba por completo mi interior
– no son buenos días si tengo que ver tu cara
comencé a bajar las escaleras con él detras mio, sabía que me estaba inspeccionando completa, podía sentir su pesada mirada en mi.
– antes no decías lo mismo
– creeme que un montón de cosas cambiaron desde que estábamos juntos
– ayer no parecía eso
decidi ignorarlo por completo, por el bien de la poca salud mental que me quedaba. era para pelea, no tenía ganas de eso, mi cabeza explotaba.
al llegar a la sala nos encontramos con la mayoría de las cosas ya limpias y varías bolsas para tirar, lara era bastante maniática con la limpieza y necesitaba que todo quede perfecto.
ella fijó su vista en ambos, más que nada en mi, sin decir palabras estaba intentando pedirme perdón.
decidi no meter el tema justo en ese momento, no cuando valentín estaba presente, no quería que supiera que su presencia me continuaba afectando.
– ¿cómo terminé en la habitación? porque estoy hasta cambiada y no recuerdo nada – pregunté a lara intentando comenzar una conversación en la que valentín no pudiera estar involucrado, capaz si lo ignoraba desaparecia otra vez de mi vida
aunque las cosas volvieron a salirme mal al recibir una sonrisa por parte del colorado, quien ya estaba guardando algunas cosas en las bolsas para ayudar a lara.
– me tenes que estar jodiendo – dije comprendiendo que quien me había llevado a la habitación era él
– en mi defensa apenas podías pararte y el boludo con el que estabas se fue. te juro que igual yo no te cambie, debes haberlo hecho sola, por más que mueras de ganas de que yo te saque la ropa estabas en pedo y no lo iba a hacer
