Hyun es un muchacho del planeta tierra. Es parte de una nueva raza de seres Humanos quieres aparecieron mucho tiempo después de que los antiguos seres humanos se extinguieran. El era granjero como la grama mayoría que los seres humanos. Solía viajar con su familia a intercambiar su mercancía a otros planetas y estos a la vez se los intercambiaban por recursos que solo se daban en los planetas que visitaban.
El planeta tierra era de los más importantes ya que tenía frutos, verduras, legumbres, carnes y minerales lo que le lo convertía en un mundo envidiable. Había otros planetas que solo producían minerales por ejemplo y necesitaban de planetas como el planeta tierra pasa subsistir.
Era sábado por la mañana y Hyun y su familia se alistaban para viajar a los otros planetas como acostumbraban cada fin de semana. Eran seres con una alta habilidad psíquica por lo que eran capaces se mover cosas con la mente y eso los hacía ser muy delgados y sin músculos más sin en cambio tenían unas cabezas grandes que almacenaban su gran cerebro.
Por medio de esa habilidad es que ellos estaban empacando su mercancía y luego para luego comprimirla y que así no utilizará demasiado espacio en la nave.
Cuando estuvieron listos partieron a un planeta al que apodaban el planeta algodón ya que todo ahí era suave y achuchable. Además de sumamente adorable. Todo en ese planeta era blando por lo que sus minerales y rocas eran perfectas para crear colchones, sofás y un montón de cosas cómodas. Ahí vivía un chico llamado Young Saeng que era simplemente bello y tenía una piel rosa pálido muy suave además de un rico olor a chicle que era característico de su especie pero, que para Hyun era especialmente el que olía más delicioso.
En cuanto a ellos según los habitantes del planeta algodón tenían un fuerte aroma a mar. Y no era para menos pues sus antepasados provenían de los delfines. En concreto de los delfines nariz bola.
Saeng siempre molestaba a Hyun llamándolo apestoso y a Hyun se le derretía el corazón con esos hermosos pucheros que Saeng le hacía.
- No me abraces me vas a dejar oliendo a pescado. – le decía Saeng mientras reía pues le encantaba hacerse el difícil para que Hyun lo abrazara y lo llenará de besos.
- Me encantas Young Saeng – le decía Hyun mientras lo miraba a los ojos.
- Tu también me encantas -le contestaba Saeng mientras lo estudiaba con los ojos pues Hyun era realmente atractivo y tenía una piel lisa y fuerte color azul grisáceo. Era muy alto como de 2.80 cm lo que hacía sentir muy bajo a Saeng pues él a duras penas llegaba a los 2 m por lo que era 80 centímetros más bajo.
Hyun solía hablarle a Saeng sobre su futuro juntos y le decía a Young Saeng que se lo llevaría a vivir al planeta tierra para que allí formarán una familia.
- Imagínate cariño nuestros hijos serían de un color lila o morado con la mezcla de nuestros tonos de piel. – le decía Hyun emocionado.Espero que Salgan igual de hermosos que tú. Es una suerte que en tu especie sea el hombre el que se embaraza porque así podemos tener hijos biológicos.
Cuando terminó el fin de semana la familia de Hyun volvió a la tierra. Ahí Hyun saludó a todos sus animales los cuales amaba muchísimo. Ellos le dijeron lo mucho que los habían extrañado pues para ellos era como si se hubiesen ido por mucho tiempo. Esa era otra habilidad que tenían los nuevos seres humanos. Hablar con los animales. De hecho solo con ellos se comunicaban por medio de clicks ya que entre ellos y entre los demás humanos de otros planetas ellos se comunicaban telepáticamente. No tenían necesidad de usar celular o escribir cartas sino que bastaba con pensar en la persona con quién querían comunicarse y esa persona era capaz de oírlos en su mente y contestarles sin importar lo lejos que estuvieran. También eran capaces de mostrarles imágenes de lo que veían y la otra persona podía ver lo que ésta le mostraba. Era así como Hyun le mostraba a Saeng lo que había a su alrededor. Le mostraba su granja, sus animales, sus cosechas y Saeng a su vez le mostraba las piedras hermosas y blandas que su familia minaba. Tenían un brillo y unas formas hermosas a demás de colores variados. Había unas de color café claro rojizo que la mayoría usaba para hacer muebles pues eran similares al corcho por lo que eran suaves y resistentes a la vez. Esas eran el tipo de minerales que vendía la familia de Saeng y la familia de Hyun solía pagarles con parte de lo que cosechaban en su granja. Así funcionaba el comercio intergaláctico haciendo trueque con otros planetas por lo que en realidad no existía el dinero.
Hyun estaba estudiando la carrera de arqueología pues le fascinaba la historia sobre los antiguos seres humanos y sus civilizaciones. Era increíble el cómo seres tan inteligentes hayan usado esa inteligencia para destruirse los unos a los otros y para haber dejado el planeta tierra en tan mal estado que hubiese tardado tanto tiempo en reponerse para que una nueva raza de humanos aún más inteligentes y sabios se encargará de ya no volver a enfermar al planeta.


AMOR INTERGALÁCTICO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora