Bonus I +¹⁸

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Todos el grupo de amigos se habían puesto de acuerdo para juntarse en la casa de Aquino, por lo cual el antes mencionado estaba limpiando su casa para que estuviera impecable antes del desmadre que se formaría.

//Ding Dong//

Ya llegó alguien?, tan temprano?.–Se preguntó el castaño mientras se sacaba un audífono en dirección a la puerta.–Si?.–

–Soy yo mierda, ábreme!.–El castaño soltó una risa, reconocería esa voz a distancia por lo cual le abrió la puerta.

–Buenos días enano, qué haces tan temprano aquí?.–Pregunto apoyado en el marco de la puerta.

–No puedo venir a ver a mi pareja antes de que se llene de simios la casa?.–Respondió mientras entraba a la casa, al escuchar la puerta cerrase pudo sentir como lo tomaban de la cintura para abrazarlo.

–Aquino?.–

–Solo un rato, hace tiempo no nos vemos.–Tenía razón, ya llevaban una semana y media sin verse y casi no habían hablado ya que estaban demasiado ocupados y solo se podían hacer diferentes tiempos para hablar, por lo cual hablaban muy poco.

El castaño atrajo más al mayor, sinceramente si lo había extrañado.

–Amor, camine hasta aquí, me puedo sentar?.–Camino unos 30 minutos hasta aquí porque no quería pagar un taxi, así que en si, quería descansar.

–Claro!, vamos.–Acto seguido tomó la mano ajena para dirigirlo al sillón, pero antes de que el azabache pudiera sentarse, el castaño se sentó y lo tomó de su cintura nuevamente para sentarlo en su regazo(Duxo estaba de espalda al torso de Aquino, como si estuviera sentado en una silla)

–Aquinooo!.–Reclamó en mayor.

–Duxo~ no sabes cuanto te extrañe~.–El castaño empezó a subir sus manos por debajo de la ropa del azabache, llegando a sus pezones.

–Aquino~! Ellos pueden llegar en cualquier momento!.–

Sin importarle mucho eso, el menor empezó a jugar con los pezones ajenos sacándole jadeos a su contrario y provocando que este encorvara la espalda acercándose más a Aquino.

–Nhg~, A-aquino~, D-deténte!~.–

–Sabes que no quieres que lo haga, quiero que te des la vuelta.–Demando el castaño, viendo cómo el azabache muy apenado se levantaba y daba la vuelta para volver a sentarse en el regazo del de mayor estatura.

–Eres muy obediente mi rey~.–

Aquino empezó a subir la polera/camisa de Duxo junto con su polo, el mayor ya sabía lo que aria.

El castaño empezó a jugar nuevamente con los pezones ajenos, para luego introducir uno en su boca, mordiendo y succionando, cosa que sacaba jadeos y suspiros del azabache.

Con sus manos empezó a recorrer la espalda del mayor a quien le dio un escalofrío por las manos frías del castaño.

–Mhg~ A-aquino~.–El castaño dejó de recorrer la espalda del mayor para bajar sus manos hasta sus muslos, le encantaba masajearlos.

¡Solo mío! +18 //Duxino//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora