Enfermero a domicilio

798 34 0
                                    


Serkan seguía pensando en lo que había pasado dos días atrás en la cabaña, tenerla tan cerca, era una sensación extraña cuando Eda estaba cerca se sentí completo y a la vez a punto de estallar y con Selin no, ella no le daba eso. Esos pensamientos estaban en su cabeza cuando Leyla entro a la oficina.

- Buenos días, señor Serkan –

- Buenos días, Leyla. ¿Qué tenemos para el día de hoy? –

- Una agenda apretada, Serkan Bey –

El empezó a revisarla y su expresión se iba ensombreciendo cada vez más.

- ¿Por qué están aquí las actividades de Eda? –

- Por que esta enferma, no puede venir. –

- ¿Y que tiene? – Inquirió

- Al parecer el frío de la caminata en la nieve le hizo mal. No sé, eso dijo Melo. –

- Muy bien, déjame solo –

El tiempo empezó a pasar y por alguna razón era incapaz de concentrarse en su trabajo, necesitaba ponerle un alto a esto así que decidió pedir ayuda a la única persona capaz. Se asomo al pasillo y al ver a Melo sentada trabajando respiro relajado.

- Meltem – La llamo, ella rodo los ojos y se acercó

- Melek, Melek, no es tan difícil. – Le dijo - ¿Qué se le ofrece señor? –

- Yo...quería saber... -

- ¿Qué? –

- Cómo estaba Eda –

- Enferma en casa, cuando me fui aún dormía. –

- ¿Y estaba sola? –

- Si, Ayfer se fue de viaje con su novio el chef. Nosotras estamos aquí, esta sola –

- ¿Y Denis? –

- Trabaja –

- ¿Y que tiene? –

- ¿Y por que debería decirte? – El apretó los dientes – Tienes novia y ella parece haberte dicho muy bien quien es Eda. ¿Por qué querrías estar con una persona que según quien te ama te hizo tanto daño? –

- Tienes razón, no se para que pregunte – Y se fue al despacho.

- No va a ir – Le dijo Ceren

- Va a ir, vas a ver – Y sonrió – Hola Dada – Dijo llamándola por teléfono. Le dijo algunas cosas y colgó

Enguin entro a la oficina momentos después para cruzarse con Serkan que parecía tener la cabeza en cualquier lado.

- ¿Qué te pasa? –

- Eda me pasa, eso me pasa. Cuando la tengo al lado siento cosas que nunca sentí y a la vez siendo sincero me desquicia. Saca lo peor de mi, desorden, descontrol. –

- ¿Y no será que saca lo que siempre debió ser? Lo que nadie más pudo. Hermano – Le dijo calmadamente – Tienes que elegir, si Selin o Eda. Y yo que tú lo hago pronto, no te queda mucho tiempo – Dijo acercando la tarjeta de bodas.

- Lo sé –

- Por cierto, ¿Dónde está? –

- Enferma en casa. –

- Ve a verla –

- No me he acercado a una persona enferma desde... -

- Lo sé, desde Alph. Pero no es lo mismo. Su tía trabaja, las chicas están aquí. Seguramente esta sola –

Cuidando del hadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora