Tras la victoria obtenida en el planeta orobose, en la arena titan, la tropa keroro debera enfrentar las consecuencias de aquello, ademas de tratar con ese "algo" que nadie esperaba, acompañemos a nuestros keronenses favoritos en lo que sin duda ser...
Cuando keroro y dororo habían sido atrapados por hatsusu dentro de la barrera creada para aprisionar a urere, no contaban con que el sargento tenia las pastillas que kururu le había dado para ayudar a la recuperación del consultor si lo encontraban, ya que keroro no tenia plena confianza en hatsusu las recibio a escondidas de él, después que se aseguraran que hatsusu había salido de la habitación le habían hecho tragar a urere una de las pastillas, dororo había alcanzado unas cuantas más a los otros aliens que estaban ahí, esperando pacientemente sentados a que urere recobrara la conciencia, keroro y dororo no podían evitar hablar de la traición de hatsusu, -ya me lo suponía que un tipo con sus habilidades, y de rápida decisión, no podía ser bueno!- decía la rana verde mirando a dororo que ahora tornaba su mirada enojada hacia él, reaccionando keroro rápidamente por su mismo comentario, trataba de arreglarlo - no estoy diciendo que tú no seas decidido, o seas de su misma clase, ni mucho menos que él es mejor! Pero siendo un assasin descalificado el… bueno tu…- keroro ya no sabía que decir para excusarse por lo dicho, así que dororo continuo, - sabía que el ex husmeador hatsusu era un sujeto confiado y que tomaba sus decisiones sin dudar, y me molestaba aquello de él, es por ello que supuse que era la envidia que yo tenía hacia él, lo que me causo que desconfiara de su lealtad…- dororo ya no miraba a keroro, desviaba su mirada hacia arriba - una vez más, no he podido tomar una decisión a tiempo y eso es lamentable-, ahora se tumbaba en el suelo para ver el techo atreves de la barrera muy pensativo, tras notar que dororo no había usado su manera formal de hablar, keroro se había preocupado, echándose a su lado, el sargento hablaba, - siempre he confiado en que tú nos salvarías en caso de que mis estúpidos planes salieran mal…- dororo había vuelto su cabeza hacia keroro, sorprendido, escuchándolo aceptar que sus planes eran estúpidos, -kururu sería la segunda opción y giroro la tercera, en cuanto a tamama y yo ,pues…somos los que arruinamos los planes…- keroro cruzaba sus ancas una sobre la otra, y acomodaba sus brazos detrás de su cabeza, ya cómodo continuaba, -nunca he creído que tu no tomaras las decisiones correctas, siempre tomas las cosas con calma para pensar en todas las consecuencias que pueda tomar aquello…-dororo que seguía echado mirándolo, había empezado a poner sus ojos llorosos, keroro continuaba - pero el que tomes las decisiones precipitadamente, no te da ningún beneficio, ¡el ser precipitado en tomarlas hará que cometas más errores!, el calmado tú, es más necesario para nosotros!, amigo dororo!-, keroro había volteado la cabeza para decírselo sonriente, a lo que los acuosos ojos de dororo no dejaban de temblar, observándolo daba gracias mentalmente por cada palabra dicha por su líder.
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Con esta pequeña conversacion, dororo se habia dado cuenta de algo que él y los demás habían pensado y hablado antes, el comportamiento de su lider últimamente, mientras el sargento seguía hablando, - no importa las decisiones que tomes en el futuro, sé que siempre serán las mejores para todos nosotr…-, - sin duda, el maese keroro ha estado actuando extraño desde que despertó del ataque de aquella bestia legendaria!-, dororo había interrumpido al sargento, sentándose y viéndolo directamente, - su manera de hablar y sus actos son más serios que antes, es como si siempre supiera lo que debe hacer!-, keroro lo miraba con una interrogación en su perfil, sentándose trataba de recordar todo lo que había hecho hasta entonces, que golpeando una de sus palmas con su puño, daba por entendido se daba cuenta, mirando a dororo se le acercaba diciéndole, -pero de que estas hablando cabo dororo, siempre he sido todo un líder invasoooorrr!!!-, keroro lo decía sonriente y sonrojado por la pena, mientras golpeaba con palmadas en la espalda de la rana azul, -no! ¡Ciertamente el cabo dororo tiene razón! -, dororo y keroro detenían todo su movimiento y volteaban la cabeza lentamente para ver quien había dicho eso, sorprendidos de ver que la rana lila se encontraba sentado detras de ellos, -puedo asegurar que el sargento con el que tuve oportunidad de trabajar en dos ocasiones anteriores, es diferente de aquel al que teniente geriri y yo asistimos en la batalla galáctica! -.
