· Epílogo

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🍷  ⟆ · The world turned upside down.

"¿Puedo preguntar de quién es ese abrigo? No es mío, no tiene patrones de telarañas."

"Me lo prestó la señorita Himeko, dijo que técnicamente era mi primera cita y debía verme bonita."

"La ropa que usas siempre te hace ver bonita."

"Lo dices por la falda ¿No? Pervertida."

Ojos dorados y ojos lilas caminaban de un lado a otro bajo la luz de la luna y de las farolas de la ciudad, Kafka no pudo evitar reír por el comentario de la menor, que la miraba con el ceño fruncido. Habían pasado alrededor de seis meses desde que el expreso astral buscaba "materiales" en la tierra, pero parecía que a PomPom y Himeko estaban tomándose su minucioso tiempo «haciendo absolutamente nada» pero los Trail Blazers parecían adorar el planeta, quizás porque era el primero en el que se quedaban por más de unas tres semanas.

"Esta no es nuestra primera cita."

"Claro, meterte al mundo virtual y a mi habitación de hotel son citas."

"Pero–"

"Llevarme a tus reuniones con Silver Wolf tampoco cuenta como una cita."

Kafka rió suavemente, finalmente habían llegado a la casa que alguna vez y ahora pertenecía a Stella, al abrir la puerta Kafka fue recibida con una March apuntando a la cabeza con un arco, y un Dan Heng apuntando a su torso con una lanza, lo normal, la verdad, para ellos aún era una criminal.

"Yo también los extrañé.. ustedes."

"¡Somos March y Dan Heng! ¿Realmente te gusta Stella si no recuerdas los nombres de sus mejores amigos?"

"Me gusta Stella, no ustedes."

Kafka sonrió de forma burlona, los jóvenes bajaron sus armas. Stella dió un paso adelante, cubriendo a ambos para poder despedirse de la mujer adecuadamente.

"Tú también me gustas."

Al fondo se escuchó la voz de Himeko quejándose, seguido de March y Dan Heng, eran tan dulces que les irritaba visiblemente, las mujeres solamente rieron. Stella dejó un rápido beso en la mejilla de Kafka, la cual se despidió con la mano para después cerrar la puerta.

"Ayy, tú también me gustas" Comentó Dan Heng con un tono de fastidio.

"Tú le hablas así al señor Bla-"

"¡Shhh!"

Dan Heng interrumpió a Welt, y March alzó una ceja, sentía que siempre era la última en enterarse de todo lo que sucedía a su alrededor. Stella fue a su habitación, sonriendo una vez más ante aquella sensación en su pecho, su corazón – sí, ella lo llamaba así ahora – latía con fuerza y dulzura, esa adorable sensación que amaba con todas sus fuerzas.

🍷  ⟆ · Kafka era una mujer un poco sentimental sí de su estrella se trataba, vivía para hacer enojar a todos, y ahora que el telón se había cerrado y tomaba un descanso de su trabajo como cazadora de Stellarons, podía dedicarse a aquel receptáculo de Stellaron, su pequeña estrella, la cual recordaba todo, incluyendo a ella.

Nunca pudo ser considerada su creación, era una chica a la que una vez amó y perdió, y con suerte recupero, no la conoció aquel día en la nave de Herta, la conocía desde hace tantos años. Aún sentía curiosidad sobre ella "¿Se sentirá bien?" "¿Se siente feliz con sus amigos del expreso astral?" Eran algunas de las preguntas que se hacía sobre su pequeña estrella, como se refería a ella cuando la mencionaba en cualquier conversación, y todos lo toman con naturalidad – menos Silver Wolf, sigue creyendo que es cursi. –

Por el lado de Stella, seguía siendo difícil adaptarse de planeta en planeta, pero finalmente había encontrado su hogar, era un enorme tren llamado expreso astral, tenía amigos que amaba como si fueran familia tal como Elio lo predijo, Podía recordar su nombre, sabía quién era, y era mucho más que un recipiente del cáncer de todos los mundos. Y aún, lo primero en lo que pensaba era en ese cabello color vino, ojos lilas y voz sensual, entre sus recuerdos, ella era lo que destacaba, Amaba a sus amigos, los apreciaba y ellos podían llegar a algo más que la superficie de Stella, ya no era tan reservada mucho menos callada, y sus conocidos la amaban tal como era, el nombre de Kafka seguía haciendo eco en su cabeza, pero cuando lo escuchaba solo sonreía, finalmente la tenía, finalmente sabía, finalmente recordaba

Que esa mujer era su buen amor.

Maroon. | KafstelleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora