La vida del Capitan de la Task Force 1-4-1 siempre ha sido un misterio. Incluso para sus amigos y compañeros de equipo más cercanos. Solo él carga con la soledad en medio de la noche y los tormentosos recuerdos del pasado que lo hacen hundirse en un...
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Leah y el Capitan Price han estado viéndose alrededor de dos semanas.
La gran mayoría de las veces el hombre se escabulle a la habitación de Leah por las noches o simplemente salen a tomar algo como dos buenos amigos cuando el grupo quiere salir a divertirse.
Esta mañana, sin embargo Leah se levanta sabiendo que poco verá a John a no ser que sea para hacerle una corta visita en su oficina.
—No haré nada porque estaré en la base, tengo trabajo que hacer con los nuevos, Kate —.
—Algún día tienes que celebrar tus veintinueve — Laswell suspira por la otra linea —.
—Como sea ¿Tengo que estar mañana en tu oficina? Para ordenar mis tiempos —.
—Sí, necesito que vengas y que hablemos de algo que me tiene preocupada ¿Si? —.
—¿Como amiga o como jefa? — Leah atraviesa el pasillo hacia la cafetería para hacerse un café, a los lejos ve a Gaz agitándole una mano para que se acerque y ella le devuelve la señal para decirle que espere —.
—Como ambas — Laswell pone su tono de voz serio y Leah resopla, espera que no sea lo que cree porque han sido bastante cuidados ella y John con que nadie los vea —.
Por la mañana Gaz y Soap fueron a cantarle feliz cumpleaños a su puerta, riéndose mientras Ghost estaba ahí pero sin cantar y con los ojos en blanco moviendo la cabeza sin dejar de decir que eran ridiculos.
—Bien, te veo mañana entonces —.
Leah corta la llamada, se guarda el teléfono en el bolsillo trasero del pantalón oscuro y se acerca a sus amigos que la esperan en la mesa.
—¡Sorpresa! — Gaz salta de su asiento y Soap extiende las manos a un pedazo de pastel en la mesa con una vela — es poco, pero con el corazón — Leah se rie y palmea el hombro de Gaz —.
—No tenían que hacerlo — Leah abraza a Gaz — pero gracias —.
Gaz y Soap intercambian miradas.
—¿Por que no vienes al bar esta noche? Nos emborrachamos en tu honor — Leah se sienta poniendo su café en la mesa haciéndolo girar pensativa — ¡Vamos! Será como todos los años.
Y era cierto. Todos los años en su cumpleaños ella iba con ellos al bar. Una sola vez su cumpleaños cayó en sus días libres y estuvo sola en su departamento hundiéndose en una botella de vino. John siempre iba con ellos un rato, tomaba un par de copas y se iba.
Esta vez Leah pensaba que su cumpleaños iba a ser diferente. Pero John ni siquiera le había dado los buenos días y la noche anterior no fue a su habitación. No siempre tenían sexo claro, pero acurrucarse a su lado era suficiente.
Así que suspira, tratando de lidiar con el sentimiento tonto de sentirse... un poco ignorada en el día en el que pretendía ser regaloneada por su amante secreto.
